Una placa en el parque Bruil, en memoria de la osa Nicolasa

La osa y otros animales fueron exhibidos en el 'minizoo' del parque desde 1965 y hasta principios de la década de los años ochenta.

La osa del parque Bruil y el minizoo de los horrores
La osa del parque Bruil y el minizoo de los horrores
Arturo Burgos/Archivo Heraldo

El consejero municipal de Economía y Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Fernando Rivarés, ha asistido, este lunes, a la inauguración de una placa contra el maltrato animal y en recuerdo a la osa Nicolasa'y otros animales que fueron exhibidos en el 'minizoo' que albergó el Parque Bruil desde 1965 y hasta principios de la década de los años ochenta.

En la mayoría de ocasiones, los animales llegaban hasta aquí regalados o como donaciones de particulares, ya que en aquel momento no había normativas que lo impidieran.

Algunas asociaciones habían pedido la instalación de esta placa, que ha sido elaborada en acero, tiene unos 134 centímetros de altura, y en la que se puede leer lo siguiente: "Desde 1965 fueron torturados, abandonados y enjaulados en este mismo lugar, la osa Nicolasa y el oso Juan. Juan murió aquí en condiciones penosas, Nicolasa, herida y muy enferma fue trasladada en 1984. En recuerdo de los animales que aquí sufrieron maltrato, con la esperanza de que el maltrato animal sea pronto un mal recuerdo. Zaragoza. Ciudad amiga de los animales".

Para Fernando Rivarés, la placa "servirá de homenaje para la osa 'Nicolasa', que finalmente fue trasladada a un sitio un poco más protegido gracias a la presión social, aunque terminó muriendo por las torturas que había sufrido".

La instalación de la placa hará que "aquel horror sea recordado y nunca más se repita". En este sentido ha añadido el consejero municipal que "es una toma de conciencia para que Zaragoza sea de verdad una ciudad amiga de los animales, no porque lo diga una normativa municipal sino porque cale en la conciencia y en los corazones de las personas que los animales son seres vivos y merecen respeto y derechos como el resto aunque sean no humanos".

En esta línea, Fernando Rivarés ha apuntado que ya se prohibieron los circos con animales en la ciudad, así como el uso y la exhibición de animales vivos en espectáculos públicos. "Hay también una normativa que protege a perros y gatos de las malas prácticas de sus cuidadores o dueños", ha recordado.

"Estas son algunas de las normativas, pero es necesario que sean transversales", ha señalado Rivarés. "Es decir, en educación se trabaja para concienciar a los niños de que los animales también tienen derechos que deberían ser legislados y en cultura, siempre hemos buscado un sesgo animalista, en los proyectos que generamos", ha añadido.

Una placa en el parque Bruil, en memoria de la osa Nicolasa

Un parque animalista

La iniciativa de la colocación de esta placa ha sido promovida por varias asociaciones, como las protectoras Adala, Zarpa o Amnistía Animal que buscan "recordar con cariño" a los animales que estuvieron aquí atrapados en jaulas donde no cabían y donde les tiraban petardos, basura y no tenían ni comida ni bebida.

"Queremos recordar con cariño a estos animales porque en realidad eran vecinos del barrio que estuvieron aquí mucho tiempo, en el caso de la osa, más de 12 años enjaulada", ha señalado José Carlos Ruiseco Martínez, miembro de una de las asociaciones antes mencionadas. "Este parque es ahora un parque animalista".

Por su parte, el veterinario clínico y profesor de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, Alberto Cortés, ha explicado que en aquella época él era la única persona que cuidaba de los animales de este 'minizoo', de forma voluntaria, porque era uno de los pocos veterinarios que se dedicaba a "animales salvajes o más raros que un perro o un gato", ha comentado.

"Trabajé en Rioleon y me tropecé con la desidia que había aquí, un león que habían quemado vivo, varios animales que habían maltratado hasta la muerte, un jabalí que se comieron, entre otros, pero cuando llegué quedaba la osa solo", ha manifestado Alberto Cortés.

"Yo me ofrecí para echar una mano porque el Ayuntamiento, en aquel momento no estaba preparado para cuidar de un animal así. Venía aquí, pedía la llave, me metía dentro, cogía muestras de heces para ver como estaba el animal, siempre cuidando de las manos de 'Nicolasa' porque en el momento que me descuidaba sacaba la zarpa".

Según ha resaltado, él llegó cuando en el 'minizoo' sólo quedaba la osa, "con un solo ojo debido a una perdigonada y con muy mal humor por todo lo que había pasado".

Al final, se llegó a un acuerdo entre el Safari Rioleón de Cataluña, el Ayuntamiento de Zaragoza y Rottary Club para reubicar a la osa 'Nicolada', impulsado también por la presión social. En este lugar vivió un par de años pero no contaba con las condiciones adecuadas para vivir con otros animales de su especie.

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