Un cambio de suelo de espacio verde a educativo permitirá construir un nuevo colegio en Casetas

El Ayuntamiento de Zaragoza aspira a tramitar el expediente necesario para ceder una parcela municipal al Gobierno de Aragón y que así levante el centro en el barrio rural.

Colegio Ricardo Mur, afectado por una sima y que será trasladado.
Colegio Ricardo Mur, afectado por una sima y que será trasladado.

Un nuevo colegio verá la luz en Casetas tras el avance de la sima presente bajo el CEIP Ricardo Mur del barrio zaragozano. Representantes del consejo escolar y de la asociación de vecinos de Casetas se reunieron la semana pasada con el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, Pablo Muñoz, y este les avanzó que el Consistorio tramitará el expediente necesario para ceder una zona verde municipal al Gobierno de Aragón para que construya el nuevo centro.

“Lo principal era que el tema político estuviera zanjado y parece que es así”, dice el presidente del colectivo vecinal, José Luis Almenara. Los residentes en el barrio están “muy satisfechos con la noticia, porque hemos visto que los documentos están sobre la mesa y que la cosa va hacia delante”. Además, Almenara cuenta que Muñoz les explicó que “la DGA tiene una reserva económica para hacer el colegio por vía de urgencia, lo que hará que no tenga que ser licitado y se adjudique la obra directamente, acelerando así los trámites”.

El expediente plantea que la parcela 63.05 de Casetas, destinada a zona verde, cambie a suelo educativo para su posterior cesión al Gobierno de Aragón. El concejal de Urbanismo manifestó la semana pasada que el artículo 86.4 de la Ley de Urbanismo de Aragón (LUA) estima que "si una modificación en el plan reduce una zona verde, esta debe ser compensada por otra de igual calidad y tamaño y en la misma zona". Por ello, indicó que la actual parcela donde se ubica el CEIP Ricardo Mur se destinará a zona verde, en la que no resultará peligrosa la sima.

La modificación se elevará este miércoles 25 de julio a la Comisión de Urbanismo, para poder dar luz verde por parte municipal a la construcción del nuevo colegio público. Desde la asociación vecinal recuerdan que esto podrá suponer algunas pérdidas para el barrio, “como quedarnos sin plaza de toros, ubicada en esa parcela, ya que si se quita seguramente no se volverá a reubicar”, cuenta Almenara. Dicho terreno también suele ser utilizado para instalar las ferias durante las fiestas, pero el colectivo vecinal considera que “ya se les buscará otro lugar, lo prioritario es el colegio”.

El presidente de la asociación subraya que el asunto de la sima “lo hemos llevado con mucha cautela y prudencia, para no sembrar el pánico”. Además, recuerda que en todo momento “ha estado vigilado por los técnicos de la DGA, que cada 15 días o un mes venían al colegio para controlar las grietas”. La actividad del centro ha seguido su curso, aunque se decidió cerrar la biblioteca y algunas aulas que podían presentar más riesgo para que no se produjera ningún percance.

“Lo mejor es que los organismos competentes vayan a canalizar el tema de forma rápida, porque estos procesos suelen dormirse en los despachos, como el de nuestra piscina”, apunta Almenara. Respecto a este problema, la asociación de vecinos emitió un comunicado hace unos días para denunciar pérdidas diarias de agua que obligan a los técnicos de mantenimiento a reponer casi un tercio del volumen de los vasos.

“Nos han alertado los propios empleados de las instalaciones, pero este problema viene arrastrándose desde al menos seis años”, lamenta el presidente. El colectivo vecinal se pregunta “dónde va a parar el agua”, ya que temen que se pueda estar haciendo una sima debajo de los vasos de la piscina. Almenará ha trasladado la preocupación del barrio al concejal de Urbanismo y desde el Ayuntamiento se ha transmitido que “se está redactando proyecto y que hay un convenio con la DPZ de 500.000 euros para esa obra, aunque anteriormente se nos había dicho que era de 650.000 euros”, dice Almenara.

El plazo de ejecución previsto es 2019, pero “no hay nada escrito donde podamos ver que eso va a ser así”, sostiene el representante vecinal. Los miembros de la asociación temen que el año que viene se inaugure temporada “y las piscinas queden cerradas si no se ha hecho la obra” o que el dinero asignado en el convenio no se aplique al arreglo de las piscinas “si la DPZ decide destinar la partida a otros asuntos en el caso de que el Ayuntamiento no ejecute pronto la obra”.

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