La DGA se compromete ante los vecinos a proteger la capilla de la antigua Torre Ramona

En la comisión de Urbanismo de hoy se solicitará que se catalogue al menos la iglesia del antiguo convento de Las Fuentes.

La pequeña galería y el lucernario son lo más característico del inmueble.
La pequeña galería y el lucernario son lo más característico del inmueble.
A. Navarro

Uno de los símbolos de lo que en tiempos fuera reformatorio, convento y escuela, la iglesia de la antigua Torre Ramona del barrio de Las Fuentes, parece que se salvará finalmente de la piqueta. El consejero de Hacienda y Administración Pública del Gobierno de Aragón, Fernando Gimeno, se reunió ayer con una representación de la junta de distrito y de vecinos de Las Fuentes para informarles de que sus planes urbanísticos salvan la parte de mayor valor de la torre: la antigua iglesia.

Además, esta misma mañana se va a debatir en la comisión municipal de Urbanismo una propuesta para catalogar precisamente esta misma capilla y evitar así que sea objeto de demolición como lo será buena parte del inmueble. Desde el equipo de gobierno de ZEC se impulsará una propuesta para que la iglesia, "una refinada y singular construcción suburbana de finales del siglo XIX", se incluya en el catálogo de edificios de interés histórico artístico de Zaragoza. La arquitecta municipal Isabel Oliván destaca su "airoso lucernario a modo de terraza" y una "galería mirador de madera" sobre "un original basamento de obra de inspiración neomudéjar". La DGA, que es propietaria del edificio desde 2010, tiene licencia para su derribo, pero Fernando Gimeno aseguró ayer que ha presentado al Ayuntamiento de Zaragoza varios planes de reparcelación en los que se salvaguarda la parte que ahora ZEC aspira a proteger.

Vandalismo y deterioro

Fuentes del Gobierno de Aragón explican que acostumbra a recibir avisos de la Policía Local, advirtiéndoles de la entrada de jóvenes al recinto. De hecho, en enero de 2017 causaron un incendio en el que resultó lesionado un bombero al ceder el suelo de una de las plantas. El último aviso se produjo el pasado 2 de julio y en él se puso de manifiesto el deficiente estado del inmueble, con importantes daños en las estructuras y varias zonas del forjado. El servicio de Patrimonio de la DGA decidió entonces contratar las obras de derribo del citado inmueble, cuyo inicio estaba previsto el pasado lunes, precisamente el mismo día en el que el Ayuntamiento anunció su intención de revocar la licencia de demolición.

No obstante, asegura la DGA que desde 2015 sus planes para levantar viviendas en una parcela de más de 5.000 metros cuadrados "contemplan la protección de parte del edificio y los jardines que pretende catalogar el Consistorio". De hecho, en Urbanismo reconocen que "existen fórmulas de gestión que permiten conjugar los intereses de las partes" y cuentan con desarrollos propuestos por la DGA (el último en mayo de 2017) en los que se respeta la capilla. Desde el Ejecutivo autonómico añaden que sí es preciso derribar ya la parte del edificio sin interés patrimonial que entraña verdadero peligro y que, cuando concluya el expediente de catalogación, esperan que el Ayuntamiento "remita una propuesta de compensación por el deber de conservación extraordinario que se pretende que asuma la DGA".

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