Acusan a una mujer de estafar a un conocido al que hizo creer que tenía las cuentas congeladas

Las acusaciones solicitan penas de entre un año y medio y tres años de cárcel por apropiarse de 34.100 euros.

El juicio se celebrará en la Ciudad de la Justicia.
La Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
Oliver Duch

María Isabel E. S. fue juzgada este miércoles como presunta autora de un delito de estafa del que fue víctima un antiguo compañero de trabajo y amigo de su marido y se enfrenta a penas de prisión de entre un año y medio y tres años y la devolución de los 34.100 euros que supuestamente recibió. La defensa pide la absolución.

Según las acusaciones, la mujer hizo creer esta persona que estaba pasando por un mal momento económico y tenía las cuentas bloqueadas al haberse iniciado un proceso de incapacitación de su esposo. El hombre, conocedor de la enfermedad que padecía su excompañero, le entregó dinero de forma periódica durante nueve meses pensando que era una situación transitoria y se lo iba a devolver. En junio de 2016, cuando ya le había dado 34.100 euros, descubrió que no era cierto.

Al menos así lo declaró el denunciante, que se definió a sí mismo como un hombre un "poco tonto" y "muy sentimental" que por un amigo hace "lo que sea". "Vino a mi casa en octubre de 2015 y me dijo que tenía problemas económicos. Trajo una especie de informe de incapacitación de su marido y me preguntó que si le podía dejar 200 euros. Le di 500 porque por lo que me contaba veía que con 200 poco podía hacer", declaró. Añadió que a partir de ese momento le llamó por teléfono para pedirle dinero y le explicaba que se estaba alargando el proceso de incapacitación y que tenía las cuentas bloqueadas.

"Descubrí el pastel"

El hombre sacaba dinero del banco y se lo entregaba en metálico, algo que corroboró su esposa. La situación se mantuvo hasta que un día se encontró al marido y le preguntó por su hijo pequeño. "Ella me había contado que estaba en el hospital y al interesarme por él me respondió que no le pasaba nada. En ese momento descubrí el pastel", declaró. Explicó que al amigo no le dijo nada del dinero porque sabía de su delicado estado de salud y no quería darle un disgusto, respondió a preguntas de su abogado, Santiago Palazón.

Sin embargo, la acusada, defendida por la letrada Isabel Luaces, dio una versión muy distinta de los hechos. Reconoció haber recibido unos 1.000 euros que le dio "porque quiso" y que ella no había pasado por malos momentos económicos.

Admitió que un día se lo encontró en una cafetería y le preguntó por la salud de su esposo. "Mal que no cura, empeora, le dije; y me preguntó por las navidades. Le respondí que iban a ser tristes austeras y me sorprendí al ver que sacó la cartera y me dio 250 euros", contó. Relató que no le dio importancia. "Me dijo: ‘si necesitas algo me lo dices, pero pocas cosas porque estoy jubilado’". A los 20 días le pidió 250 euros y me los dejó. No se los devolví porque al cabo de un tiempo empezó a hacerme comentarios obscenos", justificó.

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