Casablanca se queja

También reclaman que se mejoren las aceras del distrito, ya que muchas tienen menos de metro y medio de anchura y dificultan el paso.

Uno de los carteles del centro de salud, mientras el ascensor estuvo averiado
Casablanca se queja
L. M.

Más de un mes han estado los usuarios del centro de salud de Casablanca sin poder hacer uso del ascensor. Más de un mes de “problemas agudos”, reconoce el presidente del Consejo de Salud de Casablanca, Javier Maldonado, porque “en este distrito hay personas con movilidad reducida y no se podía subir a las consultas con sillas de ruedas”. Ana Anta, miembro del Consejo y de la Asociación de Vecinos Olivar Casablanca-Las Nieves señala que “algo así no puede volver a pasar, hay que tener en cuenta que es un sitio al que acuden personas que generalmente no se encuentran bien”, pero también dice que “esperamos que haya sido algo puntual, porque por lo demás el centro funciona bien”.

La situación fue denunciada por el Partido Popular del Ayuntamiento de Zaragoza en sus redes sociales, donde explicaba que faltaba “algún papel sin el cual no se podía poner en marcha un elevador que llevaba días reparado”. Las quejas se fueron multiplicando y por ello los vocales del partido plantearon recurrir a la Junta Municipal de Casablanca para que exigiera al departamento de Sanidad soluciones inmediatas. Esta semana el ascensor ha entrado en funcionamiento, pero algunos usuarios temen “vivir una demora similar ante cualquier cosa que pase, porque parece que Casablanca es un distrito al que se le presta menos atención”.

Maldonado cuenta que para solucionar el problema del ascensor tenían previsto convocar un consejo de Salud, pero no fue posible “por incompatibilidades de agendas”. “El tema quedó atascado y si hubiéramos tenido consejo se hubiera atajado en profundidad”, lamenta el presidente, pero avanza que se reunirán en septiembre y tratarán de evitar situaciones como la vivida este mes “para no causar molestias a los vecinos”.

José Lázaro, secretario de la Asociación de Vecinos Tomás Pelayo, comparte la opinión de algunos usuarios del centro de salud sobre el grado de atención que recibe Casablanca: “Se echan en falta muchas cosas que no llegan, porque es un barrio que no ha evolucionado, antiguo, no como los barrios nuevos, donde se piensa en un urbanismo antes de habilitar las casas”. Los presupuestos participativos, que el pasado martes 10 de julio finalizaron la fase de votación de propuestas, han sido una de las vías gracias a la cual los vecinos han empezado a conseguir mejoras para su barrio.

En el ejercicio anterior, desde la asociación vecinal destacan los arreglos en las instalaciones deportivas elementales del que fuera el distrito de Casablanca, antes de la creación del distrito Sur. En los parques del Conocimiento y Félix de Azara, se actualizaron las zonas habilitadas para el balonmano, fútbol sala y baloncesto al encementar  las canchas, delimitar los espacios con vallas de protección, marcar las pistas y colocar nuevas porterías y canastas.

Con estas actuaciones se subsanó el deterioro que tenían estos equipamientos, algo que también ha permitido incrementar la práctica lúdico-deportiva en unos espacios naturales urbanos. Este año, en el listado de peticiones de Casablanca para los presupuestos se ha puesto el foco en otro equipamiento, el centro cívico Isaac Valero. A propuesta de la AVV Tomás Pelayo, se ha solicitado que se pavimente la entrada al centro con baldosa y que se construya un tramo de acera desde la entrada y hasta el gimnasio de mayores.

Más allá de las deficiencias que puedan presentar algunos equipamientos, Lázaro recuerda que el principal problema de Casablanca son las aceras. “Las calles de aquí son muy estrechas, hay aceras de un metro por las que ni siquiera cabe un padre dándole la mano a su hijo, es sin duda lo peor que tenemos aquí”, denuncia el secretario.  Los vecinos han pedido en más de una ocasión el ensanchamiento de las aceras de calles como Escuela, Centro o Embarcadero.

En los tres casos, las vías presentan tuberías de abastecimiento y saneamiento antiguas, por lo que el Servicio Técnico de Infraestructuras del Ayuntamiento de Zaragoza considera que la petición se debería “abordar como una reforma integral de las calles”, contemplando la renovación de servicios municipales (abastecimiento, saneamiento y alumbrado público) y adecuando además los pavimentos y la sección transversal. El coste de cada reforma superaría la cantidad máxima regulada por el proceso de presupuestos participativos, pero los vecinos esperan “que se encuentre otra vía de solución para que podamos caminar con comodidad por nuestras calles”.

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