Juzgan a un miembro del clan de los San Segundo por un tocomocho que acabó en robo

El fiscal pide para el acusado tres años y diez meses de cárcel, pero la defensa solicita la absolución por defectos en el reconocimiento y falta de pruebas.

El acusado, Francisco Javier P. S., en la Audiencia de Zaragoza.
El acusado, Francisco Javier P. S., en la Audiencia de Zaragoza.
Oliver Duch

Francisco Javier P. S., miembro de clan de los San Segundo, fue juzgado este lunes en la Audiencia de Zaragoza acusado de un robo con violencia que sufrió un anciano en octubre de 2014 en la plaza de San Gregorio. El encausado forma parte del mencionado grupo familiar, radicado en Navalcarnero (Madrid), y que está especializado en el tradicional timo del tocomocho, estafa que lleva practicando desde los años 70 en España.

El fiscal mantiene que en esta ocasión la intención de Francisco Javier P. S. era engañar al anciano con supuestos cupones premiados de la ONCE, pero el timo terminó en un robo con violencia, ya que la víctima cambió a última hora de opinión y los delincuentes (con el acusado iba otro ya absuelto) lo golpearon en la cara, le quitaron los 6.000 euros que había sacado del banco y lo abandonaron en la autovía de Madrid.

Francisco Javier P. S. negó haber participado en ningún tipo de hechos como los relatados y dijo que esa mañana del 15 de octubre de 2014 estaba en su pueblo, Navalcarnero, y había ido al juzgado a firmar por asuntos pendientes.

Mientras, la víctima contó que un individuo (supuestamente Rafael S. I.) le abordó en el Arrabal y le preguntó por una calle para cobrar un cupón de la ONCE. Cuando captó su atención, le ofreció varios números premiados a cambio de dinero, oferta por la que se interesó un tercero –el gancho, Francisco Javier P. S.– y sacó un fajo de dinero para quedarse algunos. Así, el zaragozano se decidió a ir al banco a por 6.000 euros.

Como la primera sucursal no logró sacarlos, lo llevaron en coche a Salvador Allende, donde sí se los dieron. Por el camino, cambió de opinión y pidió que le llevaran casa. Entonces le pegaron y se los robaron. La víctima identificó al acusado en una foto de perfil, reconocimiento que cuestionó su abogado defensor, José Cabrejas, que alegó falta de pruebas y pidió su absolución. La Fiscalía solicita tres años y diez meses de cárcel.

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