El calor y las noches de manga corta llegaron de golpe a Zaragoza hace dos semanas. Desde entonces las terrazas se han llenado, las piscinas cubiertas municipales han dado paso a sus homónimas veraniegas y las sombras de las calles y paseos están más disputadas que en fechas anteriores.

Pero las altas temperaturas no traen únicamente cosas positivas. Para los vecinos del entorno de la calle Maestro Marquina, conocido popularmente como la zona de El Rollo, la aparición del verano ha supuesto el recrudecimiento de un problema que llevan "demasiado tiempo" denunciando: los grupos de personas que se reúnen en la vía pública para beber, con sus lógicas consecuencias en forma de ruido.

"El botellón ya está otra vez adquiriendo dimensiones considerables. Se sigue viendo cómo hosteleros sancionados por fomentar el botellón están abriendo gentilmente la puerta a sus clientes para que sigan sacando las litronas de plástico a la calle, riéndose del resto de hosteleros, de los vecinos, de la Policía Local, del Ayuntamiento, de Urbanismo... haciendo caso omiso a la sanción de 3.000 euros y al expediente que tiene abierto", critica Carlos Monge, portavoz de la asociación de vecinos La Huerva.

Monge lamenta que, "de momento, este verano nos vamos a tener que comer este problema con patatas, no nos ha dado tiempo a atajarlo por mucho que hemos preparado acciones".

Este grupo de calles, ubicadas en el distrito Universidad, a escasos metros del paseo de Sagasta y muy cerca del centro de la ciudad, amanece cada mañana de fin de semana con un aspecto muy degradado, llenas de desechos, restos de alcohol y hasta orines.

Desde la organización vecinal afrontan la coyuntura con cierta desazón: "Llevamos denunciando la situación desde hace más de un año, la primera reunión con un grupo político municipal la tuvimos en octubre, los partidos nos han mostrado su apoyo pero, en la actualidad, seguimos igual".

El Pleno del Ayuntamiento de Zaragoza aprobó por unanimidad una moción presentada por el Grupo Socialista en la que se instaba al Gobierno de la ciudad a estudiar una posible limitación de la apertura de bares de ocio nocturno, en especial en zonas saturadas, como el Rollo.

Los vecinos vienen poniendo el foco en el origen del problema: el uso abusivo de la figura de la declaración responsable en zonas saturadas como esta, gracias a la que propietarios que ya han sido sancionados por incumplir la normativa pueden volver a abrir un local únicamente con la presentación de este documento y, así, poder funcionar durante meses hasta que llegue la inspección.