María Blasco: "Entender por qué envejecemos ayudará a saber el origen del cáncer"

La científica española, nacida en Alicante hace 53 años, impartió una conferencia en el Patio de la Infanta de Ibercaja de Zaragoza.

María Blasco lleva tres décadas estudiando el cáncer.
María Blasco lleva tres décadas estudiando el cáncer.
Guillermo Mestre

¿Usted de pequeña se imaginaba rodeada de tubos de ensayo y microscopios?

No exactamente. Eso sí, me gustaban los juegos de química. En esos momentos, sabía lo que no quería ser: médico, abogado... Me costó un poco saber que yo quería ser investigadora.

Me imagino que le habrán preguntado miles de veces si confía en que dentro de unos años habrá una cura definitiva para el cáncer, ¿no?

El cáncer son más de 200 enfermedades; ahora incluso sabemos que pueden ser miles. Dos personas con el mismo diagnóstico pueden tener una historia de mutaciones y alteraciones en los genes diferentes. Se van consiguiendo cosas, pero queda mucho camino por recorrer y ese camino depende de la investigación. Cuanto más conozcamos el cáncer, mejor estaremos a la hora de diseñar nuevos tratamientos.

‘El envejecimiento como origen de las enfermedades’ es el título de su conferencia. ¿La solución es ser eternamente jóvenes?

No es por ahí por donde va la investigación. El proceso de envejecimiento de nuestras células hace que eventualmente los tejidos no se puedan regenerar y aparezcan diferentes patologías, entre ellas, el cáncer. La mayor parte de los tumores están asociados al envejecimiento. Es a partir de los 40 años cuando la incidencia aumenta. Pensamos que entendiendo el origen del proceso de envejecimiento, también nos dará la clave de cuál es el del cáncer.

Pero también hay otros factores que influyen, como el tabaco o los estilos de vida.

Incluso la genética puede hacer que las células acumulen más daño de lo normal. Esas personas van a tener enfermedades de manera prematura.

Pero hace 30 o 40 años no había tantos casos de cáncer. Esa es la realidad, ¿no?

Lo que ocurría es que había menos personas que llegaban a ser mayores. La esperanza de vida al nacimiento era de tan solo 30 o 35 años. España es uno de los países donde más personas mayores habrá en el año 2050. Como más personas serán mayores de 65 años, habrá más casos de cáncer. Creemos que entendiendo el envejecimiento seremos capaces de tener tratamientos que consigan mantener las células en mejor estado durante más tiempo.

Ha defendido en varias ocasiones que España es un país puntero en cuanto a la investigación, ¿se acompaña de recursos?

En España ha habido un cambio radical. A finales de los noventa, el tejido científico era mucho más pobre que ahora. Había muy pocos centros de investigación. Ahora, hay hasta 41. Eso es el lado bueno. Estos últimos años, desafortunadamente, no se ha invertido en investigación lo que correspondería. España no llega a la media europea del porcentaje de producto interior bruto que se dedica a la investigación. Está muy por debajo de países con los que tenemos que competir.

¿Qué opina del éxodo de científicos?

La movilidad de científicos es algo que ocurre en todos los sitios. Pero si un país apuesta por la investigación, tendría que ser capaz de recuperar al científico que se ha ido. La clave no está en no movilizar, sino en ser capaces de retornar este talento.

Es defensora a ultranza de la igualdad. El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) tiene muchas mujeres trabajando, pero ha denunciado en ocasiones que faltan en puestos de dirección. ¿Queda mucho camino por recorrer?

Hace falta convencer a más mujeres para que den el paso adelante y quieran ser directoras de sus grupos de investigación. No creo que haya que dejar que pase el tiempo. Hay que tomar medidas concretas para facilitarlo. Por ejemplo, de conciliación. En el CNIO estamos haciendo cosas: jornada continua, financiar el servicio de guardería...

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