Cinco de Marzo: una vía comercial y de lo más cinematográfica

La calle de Cinco de Marzo tuvo dos cines, varios cafés históricos y hasta una pista de hielo. Hoy, este céntrico tramo continúa albergando espacios sorprendentes.

Cinco de Marzo: una vía comercial y de lo más cinematográfica
Cinco de Marzo: una vía comercial y de lo más cinematográfica
Guillermo Mestre

Hasta 1860, el Salón de Santa Engracia conformaba un espacio que, a partir de esa fecha empezó a llamarse paseo de la Independencia. A partir de 1855, en el lado de los pares, comenzó a tomar forma su actual aspecto con los soportales en arco de medio punto y las sucesivas viviendas, tal y como decribe la 'Guía Histórica Artística de Zaragoza' (Institución Fernando el Católico, 2008).

Al calor de esta nueva configuración urbanística se encuentra la calle de Cinco de Marzo, con varios edificios que datan del último tercio del siglo XIX, entre ellos el de la farmacia Castejón (1885), o la casa construida en 1893 para la señora Javiera Castellano, en el número 7, con arreglo al proyecto de Fernando de Yarza, en 1893. Estos inmuebles, catalogados por su interés ambiental, conviven con otros más modernos que configuran la personalidad de esta céntrica vía.

La calle de Cinco de Marzo, cuyo nombre conmemora la victoria de los zaragozanos, el 5 de marzo de 1838, sobre las tropas carlistas que intentaron ocupar la ciudad, se llamó Requeté Aragonés entre 1936 y 1977. A partir de 2001 se peatonalizó -igual que algunas vías del centro, entre ellas Alfonso I-, y pasó a ser la tercera calle de la capital aragonesa en cerrarse al tráfico tras el tramo inicial de San Miguel, en 1982; y la calle de Delicias, entre 1987 y 1988. Esta actuación significó un nuevo impulso para la actividad comercial que desde un principio ha marcado su historia.

A finales del siglo XIX, abrieron sus puertas junto a este lugar cafés como el Embalat o el Matossi –en Independencia 8, esquina con Cinco de Marzo–, dotado de un magnífico jardín con entrada directa por la calle de Cinco de Marzo, o el café cantante denominado Café de España (1872), según refleja la historiadora Mónica Vázquez Astorga en ‘Cafés de Zaragoza. Su biografía, 1797-1939 (IFC)’. Ya en el XX, nuevos establecimientos darán un marcado carácter artístico a este tramo.

En 1932 se inaugura el Frontón Emendek, proyectado por Ignacio Mendizábal –también realizó el proyecto del Frontón Aragonés, en la calle de Bilbao–. «Dos años después se transformó en cine (Frontón Cinema), más tarde fue sala de fiestas –Río Club–, frontón –Jai Alai–, pista de hielo –Ibón– y finalmente, y hasta la fecha, supermercado», explica Sergio Rello Pedro de Alcántara, gestor de márquetin de La Plaza de Día, establecimiento que hoy ocupa el edificio que acaba de remodelarse.

El frontón también albergó, en diferentes épocas, veladas de lucha libre y boxeo, además de partidos de cesta punta y proyecciones de cine. El séptimo arte también ha estado muy representado en esta calle, que a partir de los 50 contaría con una nueva sala, el cine Rex.

La llegada del Cinemascope a Zaragoza

El 12 de mayo de 1954 se inauguró en la calle de Requeté Aragonés, 5 (actual Cinco de Marzo) el cine Rex con la proyección de ‘La túnica sagrada’, la primera película en Cinemascope que pudo verse en la capital aragonesa. El Rex, integrado hoy entre las salas de Palafox Independencia, formaba parte del complejo inmobiliario de la empresa Zaragoza Urbana.

Junto con este nuevo espacio, el proyecto incluía un pasaje comercial, viviendas, el hotel Goya (inaugurado en marzo de 1952), y el cine Palafox (actual sala 4) que abriría sus puertas el 5 de octubre de 1954 con la proyección del filme ‘El príncipe valiente’. En su hall figuraba, al fondo, una pintura del artista Andrés Conejo, autor también del mural del cine Palafox.

En el número 10 de Cinco de Marzo estuvo un local histórico: el Café Niké, que mantuvo su actividad desde 1940 a 1969. Era el centro de reunión de la vanguardia cultural aragonesa. Allí se daban cita poetas, escritores, cineastas, escultores, críticos literarios... hasta el entonces príncipe Don Juan Carlos de Borbón fue asiduo del lugar durante su estancia en Zaragoza. En los 50 fue la sede de la ‘Oficina Poética Internacional’, creada por el poeta Miguel Labordeta. En el mismo lugar se instalaría después un establecimiento de referencia: Los Navarros.

Entre las curiosidades relacionadas con esta arteria zaragozana, pocos zaragozanos pueden presumir de haber tenido por vecino, aunque fuera por una noche, a un premio Nobel de Literatura: el escritor portugués José Saramago, que estuvo alojado en el hotel Goya durante una de sus visitas a Zaragoza.

Los comercios con más solera de se sitúan en ambos extremos de la vía: Calzados Salazar, en al esquina con la plaza Salamero; y la farmacia Castejón, con la de Independencia, conviven con otros establecimientos relacionados con el mundo de la gastronomía, como The Bronson Bar, La Mejillonera, Continental, El Calamar Bravo o Los Espumosos, entre otros.

Carlos Terrer, vicepresidente de la asociación de vecinos Puerta del Carmen destaca que, en su momento, peatonalizar la calle fue una medida acertada. «Esta actuación le dio mayor valor comercial a Cinco de Marzo», comenta.

Por otra parte, destaca que hasta hace poco estaba muy deteriorada debido al paso de vehículos que efectúan la carga y descarga en esta zona. «Afortunadamente, el reciente asfaltado ha subsanado este problema y ha quedado bastante bien», opina.

Terrer añade que para que se conserve en óptimas condiciones «es necesario mantener las labores de limpieza y nos gustaría que todo eso continuara así, también en la plaza de Salamero».

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