La poesía en amplio espectro (recitadores, cantores, poesía popular, romancero, cancionero, etc.), acompañada de titiriteros, cuentos, danza, músicos o teatro de pequeño formato, vuelve a llenar las noches de junio en el parque Delicias. El jueves es el día de la semana seleccionado para desarrollar el ciclo Las Noches de Juglares, que este año alcanza su XXII edición.

A partir de las 22.00, se hace el silencio en el parque y el patio ubicado junto a la antigua capilla se convierte en un espacio íntimo para el arte gracias a la coordinación de El Silbo Vulnerado, una de las compañías teatrales con más solera del panorama aragonés. El grupo se inició en Zaragoza en los años 70, en los ámbitos del folk, del teatro y del asociacionismo juvenil. Adoptó a Machado, Lorca y Miguel Hernández, entre otros, como autores de cabecera, sin dejar de lado a poetas aragoneses y americanos.

“A lo largo de nuestra trayectoria hemos tratado de aportar un trasiego de gente de otros países que han venido a trabajar a Aragón y han estado nutriendo a la comunidad artística. También estamos orgulloso de haber buscado espacios para la palabra, y uno de ellos es el parque Delicias”, cuenta Luis Felipe Alegre, integrante de El Silbo Vulnerado y coordinador de Las Noches de Juglares.

Hace 24 años, el parque abrió sus puertas, y este ciclo artístico está directamente vinculado a ese acontecimiento. El Silbo, tal y como recuerda Alegre, “era vecino del barrio, teníamos la oficina al lado del parque, entonces empezamos a colaborar el primer año con cuentos, al siguiente con poesías, y al tercero le dimos la denominación definitiva de Noches de Juglares, para combinar actuaciones de todo tipo de artes que son posibles de desarrollar en ese espacio y que tienen un cierto nivel cultural”.

Para el coordinador, que cuenta con el apoyo organizativo del Centro Cívico Esquinas del Psiquiátrico, el ciclo “es humilde pero tiene un público fiel y el beneplácito de las fuerzas vivas del barrio, que entienden que este tipo de cosas tienen que hacerse”. Asun Tricas, vecina de Delicias, señala que en los últimos años ha intentado no perderse Las Noches “porque es una oportunidad de disfrutar de la cultura cerca de casa y en un entorno especial y agradable como es nuestro parque”.

Los asistentes también valoran el nivel de las actuaciones, ya que por el escenario del ciclo han pasado más de 200 artistas de la talla de los Premios de las Letras Aragoneses Ángel Guinda, Rosendo Tello y Magdalena Lasala; músicos como Gabriel Sopeña, Joaquín Carbonell o Ludmila Mercerón; literatos como Antón Castro, Juan Luis Saldaña o Juan Leyva; los titiriteros Karlos Herrero o Helena Millán; narradores orales como Oswaldo de la PAI o Carmen Orte, y un largo etcétera.

Tricas se acercó al arranque de la XXII edición, en el que se subieron al escenario el poeta uruguayo Martín Barea Mattos, el Gran Bob (Roberto Artigas) y La Chaminera, formada por Ángel Vergara y María José Menal, una compañía aragonesa especializada en difundir la música de tradición popular. El pasado jueves 14 tuvo lugar la segunda jornada de Las Noches de Juglares y en ella actuaron el actor e investigador teatral Luis Molina, con un recital de poemas de Miguel Hernández, y el cantante y autor argentino Ariel Prat, que en la gira europea de este año está acompañado por el músico Nico Pérez.

Todavía quedan por delante dos jueves más para disfrutar de la cultura en Delicias. El día 21 se podrá escuchar a la actriz argentina Carina Resnisky, quien interpretará poemas de autores americanos, como el peruano Nicomedes Santa Cruz o la cubana Dulce María Loynaz. Además, se subirá al escenario la cantante aragonesa Viki Lafuente con diversos estilos musicales como el jazz, el blues o la canción de autor.

Cerrarán Las Noches de Juglares el día 28 los payasos Kinser, que continúan la saga de Kiny & Serrucho ampliada con la incorporación de Jano, y el músico Adolfo Osta, especializado en los antiguos cantos tradicionales de la península ibérica, que abarca desde los trovadores, juglares y poetas árabes y judíos de Al-Ándalus y Sefarad, hasta los músicos de palacio y romanceros.