Las carencias del Casco Histórico: limpieza, seguridad e instalaciones deportivas

La falta de aparcamientos y centros de salud son dos problemas que han empeorado en los últimos años.

La calle de Don Jaime, en pleno Casco Histórico.
La calle de Don Jaime, en pleno Casco Histórico.
Guillermo Mestre

Tres carencias centran las reivindicaciones de los vecinos del Casco Histórico de la capital aragonesa: la insuficiente limpieza de su particular entramado de calles, la falta de seguridad y de agentes policiales que velen por ella y las prácticamente inexistentes instalaciones públicas para hacer deporte. Así se desprende de la encuesta que A+M ha realizado para HERALDO, en la que los habitantes de la zona más añeja de la ciudad desgranan sus necesidades. Algunas, de largo recorrido.

También reclaman, dentro de las acciones y mejoras que precisa su distrito, una decidida intervención en la rehabilitación de viviendas, el cumplimiento de la ley en materia de horarios y ruidos por parte de los establecimientos hosteleros y mayores posibilidades para aparcar sus vehículos, así como más líneas de autobuses. En la consulta, un 31,5% de los encuestados subraya que la suciedad es su gran inquietud. Otro porcentaje nada desdeñable, el 20,9%, apunta hacia los conflictos socioculturales como una de las grandes preocupaciones en la zona. No son sus únicos quebraderos de cabeza: también se sienten damnificados por el mal estado del pavimento, la contaminación acústica, el exceso de tráfico y las aglomeraciones en fechas señaladas como el Pilar o las fiestas de Navidad.

Pese a tener bien localizados estos puntos negativos, los vecinos del Casco atesoran una buena impresión de su barrio. Ocho de cada diez no se mudaría a otro punto de Zaragoza, a diferencia del 17,6%, que sí harían vida lejos de su actual hogar.

Lo que más valoran es su ubicación céntrica, en pleno corazón de la ciudad (así lo indicó el 30,8%), así como el amplio abanico de conexiones -tranvía incluido- con latitudes más periféricas de la capital aragonesa. El comercio (17,8%), por cantidad y diversidad de espacios, es una de las principales bazas de un distrito que también hace gala de su buen ambiente (12,2%), de sus edificios y monumentos llenos de historia (10,4%) y de lo agradable y cercano del vecindario (9,9%), sin olvidarse de la comodidad (8,5%) ni del hecho de tener casi todos los servicios a mano (8,2%).

Problemas que han ido a peor

Los habitantes del Casco no dudan en señalar una serie de problemas que a lo largo de los últimos años han ido peor. Destacan tres: la insuficiencia de plazas de aparcamiento (así lo indican el 40,6% de los vecinos), la excesiva suciedad que dejan los perros (35,3%) y la falta de centros de salud (33,9%) para una población cuya media de edad es elevada respecto al conjunto de la ciudad.

Frío y plagas

Por otro lado, en la zona de San Pablo, la mitad de los residentes dicen pasar frío en invierno por ausencia de calefacción y uno de cada cuatro convive con plagas. Dos asuntos que aparecen en rojo en ‘El semáforo de San Pablo’, una iniciativa promovida por el Consejo de Salud del Gancho a través de la cual se ha pedido a los vecinos que evalúen en rojo (negativo), ámbar (intermedio) y verde (positivo) distintos ítems del barrio, como los equipamientos, las condiciones de las viviendas o el estado de las calles.

La finalidad de esta iniciativa es trazar una mirada de San Pablo en clave de salud y descubrir qué aspectos hay que mejorar y qué fortalezas hay que potenciar para aumentar la calidad de vida de los residentes.

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