Las líneas de autobús, a examen en San José

La asociación vecinal ha lanzado un formulario en su página web para que los usuarios de los autobuses 23, 24, 39 y 40, que circulan por el barrio, manifiesten sus deficiencias.

La línea 23, a su paso por San José
Las líneas de autobús, a examen en San José

La máxima ocupación de los autobuses urbanos de Zaragoza, las velocidades excesivas y los problemas con las frecuencias y en materia de accesibilidad quieren ser controlados por la asociación de vecinos de San José. Las líneas que circulan actualmente por sus calles (23, 24, 39 y 40) van a ser sometidas a examen por el colectivo, para detectar sus deficiencias, elaborar el informe pertinente y trasladárselo a los servicios municipales.

La iniciativa ha surgido de una propuesta lanzada desde la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza para mejorar la movilidad de la ciudad, porque muchos zaragozanos habían hecho llegar a la sede varias quejas sobre el funcionamiento de los autobuses, principalmente en lo relativo a las frecuencias. “Nosotros hemos querido iniciar el proyecto por nuestra cuenta en San José, pero entendemos que el resto de barrios nos seguirán porque es un asunto que preocupa a nivel general”, cuenta Carmen Valencia, presidenta de la asociación vecinal de San José.

En la última junta de distrito acordaron colgar un formulario en la página web del colectivo para que los usuarios habituales de las líneas informen de primera mano sobre sus desperfectos, ya que “son los que mejor las conocen y por tanto los más indicados para ayudarnos a hacer una valoración”, dice Valencia. La presidenta insiste en que si llega a la asociación una queja aislada “no es algo sintomático”, por eso quieren hacer un estudio a fondo.

El formulario para reportar las incidencias requiere que los afectados indiquen su nombre, correo electrónico, así como el número de línea de la que quieren notificar el problema y el día y la hora en la que ha sido detectado. También se invita a que los usuarios hagan una valoración general sobre la frecuencia y los retrasos, sobre la ocupación del autobús y sobre su limpieza y estado de conservación.

La encuesta se hizo pública la semana pasada, por lo que todavía no hay datos suficientes para avanzar un primer análisis de la situación. Además, su lanzamiento coincidió con los días festivos de Semana Santa y desde la asociación recuerdan que “no se pueden comparar los problemas con las frecuencias de esos días con los de periodos laborales”. Para que puedan contribuir en el estudio el mayor número de usuarios, se están distribuyendo carteles por el barrio con el fin de que los vecinos se acerquen también a la sede de la asociación a presentar sus quejas.

Dos de las líneas que circulan por San José, la 24 y la 39, se sitúan en el pódium de las más utilizadas por los zaragozanos. El año pasado, entre las dos superaron los 13 millones de viajeros. Los vecinos de San José valoran que el barrio está bien comunicado, pero al tratarse de autobuses con tantos usos dicen que se producen “ciertas aglomeraciones”. Además, señalan que las líneas circulan por grandes avenidas con una importante afluencia de tráfico, lo que “dificulta la regularidad, a veces se acaban juntando varios autobuses”, explica Ángela Laguna, usuaria habitual de la línea 24.

Entre las quejas principales destaca la del recorrido de la línea 40, que fue reducido y ahora solo une San José con la plaza de Paraíso. Esto supuso que la parte sur del barrio dejara de estar conectada de manera directa con el hospital de referencia, el Miguel Servet. Los vecinos también se suman a la protesta que manifestaron hace unas semanas los residentes de La Paz sobre la línea 23: “A primeras horas de la mañana yo he llegado a esperar algo más de 15 minutos hasta que aparece el autobús, cuando se supone que su frecuencia tendría que ser de 7”, apunta Laguna.

La previsión de la asociación vecinal es distribuir el estudio por líneas y franjas horarias. Cuando estén todos los datos de los resultados recopilados intentarán proponer soluciones para trasladárselas al Ayuntamiento de Zaragoza y a la empresa concesionaria, Avanza, con el fin de conseguir subsanar los problemas. El colectivo vecinal no ha establecido una fecha de cierre de los formularios, pero estima que “los que quieran protestar lo habrán hecho en un plazo de aquí a dos meses”.

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