La DGA quiere convertir el aeropuerto de Zaragoza en la terminal de referencia del valle medio del Ebro y ofrecer estas instalaciones como un moderno equipamiento para que las aerolíneas operen desde la Comunidad. Para conectar Aragón con el mundo, se propone incrementar las frecuencias aéreas, mejorar las rutas existentes y lograr otras nuevas, para permitir que aumente la llegada de turistas, además de los viajeros que se desplazan por trabajo. En concreto, ya ha establecido contactos para recuperar siete enlaces nacionales e internacionales: Galicia, Gran Canaria, Lisboa, París, Roma, Fráncfort y Düsseldorf.

Acierta plenamente el Ejecutivo aragonés en potenciar el aeropuerto y otras infraestructuras logísticas, para desarrollar esa privilegiada ubicación de la que tanto se ha hablado. La economía regional cuenta con un buen colchón de seguridad que es su industria, su agroindustria y la logística. No obstante, el sector vinculado al ocio todavía tiene un significativo margen para generar empleo. Y ahí un aeropuerto con más conexiones es una baza fundamental. Servirá para seguir creciendo en el turismo de la nieve, el urbano, el rural (con el histórico, el de balnearios y el enoturismo) y el de negocios, donde nos queda bastante por crecer. Las posibilidades son muchas, pero la competencia es feroz.