Los conductores del tranvía apoyan la huelga y abren otra negociación con la empresa

Los trabajadores secundan la convocatoria de paros parciales del 13 de marzo al 7 de abril.

Los conductores del tranvía apoyan la huelga a partir del 13 de marzo
Los conductores del tranvía apoyan la huelga a partir del 13 de marzo
José Miguel Marco

El tranvía de Zaragoza se enfrenta a su tercera amenaza de huelga en los últimos cuatro meses. Los conductores refrendaron este martes en las urnas la decisión del comité de convocar paros parciales entre el 13 de marzo y el 7 de abril en protesta por sus desencuentros con la empresa. En concreto, critican que no se están cumpliendo los acuerdos firmados durante el conflicto laboral que plantearon días antes de las fiestas del Pilar, y que a punto estuvo de paralizar el servicio por primera vez en su historia. Ahora se abre un nuevo periodo de negociación para intentar evitar que las afecciones lleguen a los usuarios.

Pilar Fuentes, presidenta del comité de empresa, criticó que "de todo lo pactado, solo han cumplido con el plus salarial". En concreto, destacó que Tranvías Urbanos de Zaragoza "no ha entregado los cuadros de marchas con garantías de descanso, ni el control de conductores", que refleja las horas que lleva cada empleado al volante. Asimismo, denunció que "no se ha instalado caseta de descanso definitiva" en la calle de Mago de Oz, ni se está cumpliendo con el calendario de reuniones trimestrales entre los trabajadores y la empresa.

Por todo ello, el comité citó a los 60 conductores que prestan servicio en la línea 1 del tranvía de Zaragoza para decidir en las urnas si se planteaba un nuevo conflicto laboral. En total participaron 46 trabajadores, con un resultado final de 40 apoyos, 4 votos en contra y 2 abstenciones. Por tanto, se acordó la convocatoria de paros parciales que, en principio, se llevarán a cabo los martes, jueves y sábados del 13 de marzo al 7 de abril, en horario de 8.00 a 10.00 y de 19.00 a 21.00.

En cualquier caso, ahora se abre un periodo de negociación entre las partes para evitar que la primera huelga en la historia moderna del tranvía en la capital aragonesa. El hecho de que las reivindicaciones sean el mero cumplimiento de unos acuerdos firmados previamente por los mismos interlocutores podría acelerar el desbloqueo del conflicto. Para ello cuentan con dos semanas en los que establecer un diálogo directo que, de no ser satisfactorio obligaría, de nuevo, a acudir al Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA).

Tercer conflicto

Allí fue donde se resolvieron, in extremis, los dos conflictos laborales que recientemente han puesto en riesgo la operatividad del servicio. El 15 de septiembre los conductores convocaron una huelga que no se resolvió hasta el 2 de octubre, apenas ocho horas antes de su inicio. La amenaza de un paro de esas características durante las fiestas del Pilar obligó a exprimir la negociación hasta llegar a un acuerdo en el SAMA. Estos empleados consiguieron una serie de mejoras laborales y salariales que, precisamente, propiciaron el siguiente enfrentamiento.

El resto de trabajadores convocaron una huelga parcial indefinida a partir del 16 de febrero. Pedían mejorar el funcionamiento del servicio en aspectos como seguridad, control y cobertura de bajas, entre otros, pero sobre todo, equiparar las condiciones laborales de los trabajadores a las del acuerdo que la empresa alcanzó en octubre con los conductores. De nuevo se iniciaron las conversaciones para buscar una solución, que se alcanzó en el SAMA la víspera de su puesta en marcha.

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