De safari por África con un guía zaragozano

Parque Nacional de Kruger (Sudáfrica), 7.00 de la mañana. Ramiro Blancas (Zaragoza, 1980) se despierta en una de las reservas naturales más importantes del mundo. A su alrededor, dos millones de hectáreas de terreno. Inmensas llanuras cubiertas de bosques tropicales y cientos de animales salvajes escondidos entre los matorrales.

Mientras Ramiro -guía turísto de profesión- arranca su todoterreno, un puñado de hermosas avutardas proclaman el amanecer. Es día de safari, y no hay tiempo que perder en busca de los llamados ‘cinco grandes’ del Continente.

Leones, leopardos, elefantes, búfalos y rinocerontes componen la lista de mamíferos más codiciados por los visitantes. Para verlos, es preciso pasar entre cuatro y cinco días en el parque. Y ni siquiera esa larga estancia garantiza que sus clientes puedan fotografiar a los reyes de la fauna.

“Siempre trato de encontrar los espacios idóneos, pero hay veces en las que, por seguridad, resulta imposible acercarse a ellos”, señala -ya a bordo de su vehículo- Blancas, y recuerda que, con objeto de que los turistas no se entrometan en el hábitat de los animales, también existen normativas que obligan a guardar una distancia mínima”.

Para este aventurero de 38 años, el respeto hacia el entorno es “fundamental”. Por ello, prefiere mantenerse al margen de cualquier excursión vinculada a la caza. “Esta actividad ha expulsado a muchas familias de sus tierras porque tienen que pagar el mismo dinero que los turistas por matar una pieza. Bajo mi punto de vista, no se puede comparar a quien caza por subsistir con el que lo hace por divertimento. Estoy totalmente en contra de este negocio”, confiesa.

Desde Botsuana a Sudáfrica, pasando por Lesoto, Namibia o Suazilandia, Ramiro Blancas ha recorrido todo el África austral. La reserva de Kruger es la que mejor conoce, pero no por ello es su predilecta. “Me quedo con varios espacios de Botsuana porque están menos poblados y es más fácil disfrutar del territorio”, indica, antes de cifrar en “alrededor de 3.000 euros” el precio de una semana de safari en su compañía.

“Teniendo en cuenta las cantidades que se manejan en este mundillo, puedo decir que mis ofertas son bastante económicas. Prescindo de lujos y comodidades para alcanzar lugares remotos”, valora, y adelanta que esta noche, una vez finalizada la ruta, dormirá en tienda de campaña y no en un hotel. “Mis clientes son gente corriente. No el prototipo de rico que nos puede venir a la cabeza al pensar en un viaje concertado así”, aclara Blancas, que acaba de cumplir una década en el sector del turismo.

Empezó trabajando para una empresa barcelonesa en 2008, pero años después decidió establecerse como autónomo. “Si te mueves, hay trabajo. Pero hay que tener en cuenta que viajar no es imprescindible para la sociedad. Me da para vivir; no para hacer grandes cantidades de dinero”, valora, y concluye indicando que su próximo destino será Uganda, donde antes de Semana Santa tiene programados dos safaris.