Los restos de toallitas desechables causan un reventón en la depuradora de La Almozara

El suceso no provocó daños personales ni vertido al río, pero obligará a una "costosa" reparación. El depósito afectado no se había acondicionado desde que entró en funcionamiento hace 29 años.

La acumulación de fibras de toallitas desechables provocó el reventón de un depósito de tratamiento de fango de la depuradora de La Almozara. El suceso ocurrió en torno a las 21.00 del jueves y no provocó daños personales ni vertidos al Ebro, según explicó el gerente de Ecociudad Zaragoza, Miguel Ángel Portero. "Se produjo un vertido externo en la propia depuradora que no llegó al río y que no ha afectado al funcionamiento de la planta", relató. El responsable de la sociedad encargada del saneamiento de aguas de la ciudad señaló que "en los próximos días se va a estudiar la forma de abordar la reparación".

Manuel Rincón, jefe de la Unidad Técnica de Depuración de Ecociudad, recordó que la máquina afectada, un digestor de 3.850 metros cúbicos de capacidad, tiene como cometido tratar el fango que se acumula durante la depuración del agua. "Permite generar un gas con el que luego se hace un aprovechamiento eléctrico para autoabastecernos", relató. La acumulación de esos gases provocaron que el fango se quedara sin espacio y buscara una salida, causando el reventón, que afectó principalmente a la estructura exterior del depósito.

"El digestor, por su diseño, tiene que tener un nivel de llenado permanente que facilita que ciertos residuos que el agua lleva diluidos o que son de pequeño tamaño se introduzcan en su interior", explicó el técnico, quien destacó que "es una planta que tiene 29 años, pueden haberse acumulado en ese periodo materias, sobre todo en los últimos años por la tendencia que hay a que haya fibras disueltas", en referencia al creciente uso por parte de la ciudadanía de las toallitas higiénicas en el baño.

"Tenemos que hacer una investigación, pero es muy posible que el atasco se deba a una acumulación de estas fibras en su interior", dijo Rincón, por lo que hizo un llamamiento a la población para que se conciencie del riesgo de este tipo de prácticas. "Hemos tenido atascos de menor envergadura, pero sí se venían produciendo con cierta reiteración", reconoció el técnico.

"Tiene una solución compleja, pero estamos haciendo estudios para instalar equipos adecuados para el tratamiento y retirada de esos residuos fibrosos, y reducir su impacto en la depuradora, pero es importante que haya concienciación", recalcó.

Desde Ecociudad destacaron que la planta mantiene un funcionamiento normal, ya que cuenta con un digestor secundario que permite seguir tratando el fango. En cualquier caso, Rincón recordó que la reparación del depósito afectado será "compleja y costosa". Los técnicos calculan que los trabajos se prolongarán durante medio año, y aunque no se ha cuantificado el desembolso que requerirá, solo el coste de la energía que se va a dejar de producir asciende a 10.000 euros al mes.

Una moda problemática

Esta avería no es un caso aislado en España. La popularización del uso de toallitas húmedas en el baño, que acaban arrojadas al inodoro, ya ha ocasionado importantes problemas en otras grandes urbes del país. En San Sebastián, un colector de la red de saneamiento de la ciudad acabó inutilizado por un tapón de estos residuos del tamaño de seis coches. Algo similar ocurrió en Ibiza, donde las fibras acabaron contaminando la playa.

Desde el Ministerio de Medio Ambiente recuerdan que estas toallitas de celulosa usadas deben ir siempre al cubo de la basura –incluso si se trata de productos publicitados como viables para arrojar al inodoro–, ya que producen atascos en desagües, sistemas de alcantarillado y depuradoras.

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