La Unidad Verde alerta de la proliferación de vertidos en las riberas y montes de la capital

Los agentes municipales han abierto una veintena de expedientes a particulares y empresas en 2017.

La Unidad Verde alerta de la proliferación de vertidos en las riberas y montes de la capital
La Unidad Verde alerta de la proliferación de vertidos en las riberas y montes de la capital
Unidad Verde del Ayuntamiento de Zaragoza

Cada año aparecen en las riberas y zonas verdes de los alrededores de la capital aragonesa cientos de kilos de residuos sólidos urbanos (RSU). Sofás, lavadoras, inodoros, cascotes de obra, paragolpes de vehículos... Los vertidos con los que se topan los agentes de la Unidad Verde del Ayuntamiento de Zaragoza son tan diversos que su clasificación sería imposible. En parajes naturales como los montes de Torrero y las riberas de los ríos Ebro, Gállego y Huerva, se han detectado a lo largo de 2017 al menos una veintena de infracciones de este tipo, conductas todas ellas que constituyen un incumplimiento de la Ley 22/2011 de Residuos y Suelos Contaminados.

Cuando los agentes medioambientales descubren un vertido de este tipo inician una investigación para determinar quién ha sido el responsable del mismo. "Nuestro trabajo está encaminado en un primero momento a determinar quién ha realizado el vertido y requerirle para que lo retire y lo transporte al lugar adecuado", explica Alberto Esteban, responsable del servicio. Cada ejercicio se abren decenas de expedientes administrativos para castigar estas infracciones. En este sentido, este trabajador municipal recuerda un caso reciente: en los montes de Torrero, cerca de Puerto Venecia, descubrieron un vertido de cientos de kilos de escombros. Tras un análisis minucioso se asociaron al derribo de un edificio de la calle de Zumalacárregui, en el centro de Zaragoza. Los agentes de la Unidad Verde se desplazaron hasta la obra y explicaron a sus responsables el hallazgo que habían realizado. Estos les dijeron que habían contratado a una empresa especializada para tratar los residuos de forma legal pero, a todas luces, esta había incumplido el contrato y se había deshecho de los mismos en un lugar prohibido.

"Lo más importante cuando se contrata a una empresa es cerciorarse de que está inscrita en los registros del Gobierno de Aragón y que cuenta con la habilitación correspondiente para realizar estos trabajos", explica Alberto Esteban, que también señala que muchos particulares son responsables de vertidos ilegales por puro desconocimiento: acuden a los parajes naturales a verter todo tipo de basura porque creen que en los puntos limpios municipales se les va a cobrar, aunque lo cierto es que en muchos casos el reciclaje en estos servicios es gratuito.

Quizás sea este el caso de un vertido que está investigando esta policía medioambiental: en la ribera del Gállego, cerca de la ciudad, aparecieron más de una decena de paragolpes de vehículos que, seguramente, procedan de un taller con el que se está intentando dar.

La factura, a las arcas públicas

Porque aunque todos los vertidos tienen un responsable, este no siempre es el que paga los gastos de su retirada. De hecho, la factura de quienes se saltan la legislación solemos abonarla entre todos, porque cuando no se localiza al culpable se echa mano de las brigadas de limpieza municipales. Estos no son los únicos costes para las arcas públicas, ya que en ocasiones se recurre también al erario para liquidar las multas que la Confederación Hidrográfica del Ebro impone al Consistorio como responsable último de los RSU. Este año han sido al menos tres de entre 300 y 1.500 euros.

La receta para erradicar los costes económicos y medioambientales es sencilla: concienciación a la hora de tratar los residuos y denunciar si se tiene conocimiento de vertidos en lugares no apropiados.

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