La Base recibe el segundo de los catorce A400 que relevarán a los históricos Hércules

Los dos tipos de aviones de carga convivirán en Garrapinillos hasta el año 2022.

El nuevo avión A400, en el cielo, por delante del Hércules C-130, a su llegada a Zaragoza.
El nuevo avión A400, en el cielo, por delante del Hércules C-130, a su llegada a Zaragoza.
Raquel Labodía

La historia y el futuro aterrizaron este jueves juntos en la Base de Zaragoza. Porque el segundo avión de transporte A400M que Airbus ha construido para España en su factoría de Sevilla llegó este jueves a la capital aragonesa acompañado por un Hércules, modelo que ahora se pretende sustituir. Las aeronaves hicieron el mismo recorrido, aunque el A400M lo realizó en una hora (a 700 kilómetros por hora), treinta minutos menos que el C-130 (que vuela a 550 km por hora).

Los dos modelos convivirán en las instalaciones del Ala 31 en Garrapinillos hasta 2022, fecha en que se retirarán los diez aparatos Hércules que llegaron hace 40 años a Zaragoza. Las actas de entrega del nuevo avión al Ejército del Aire se firmaron este jueves, aunque fue el pasado día 22 cuando la empresa Airbus Space and Defense transfirió la aeronave. El aterrizaje conjunto del segundo A400M y el C-130 se produjo a las 15.30, después de que ambos se encontraran sobre el cielo de La Muela, entre fuertes rachas de viento.

El nuevo avión de carga del Ejército español podrá suministrar combustible en vuelo a los cazabombarderos F-18, capacidad que también tienen algunos Hércules. Airbus va a fabricar catorce aeronaves como esta para el Ala 31 de la Base y cada una está valorada en 140 millones de euros. El A400M que llegó hace un año a Garrapinillos no pudo recibir este jueves a su compañero porque estaba sobrevolando Teruel para lograr el certificado de aeronavegabilidad (el aparato ha superado ya las 200 horas de vuelo).

La nueva aeronave es capaz de reabastecer 11,4 toneladas de combustible a seis F-18 españoles a través de los ‘pods’ instalados en las alas. Pero este elemento singular de las mangueras, que se despliegan para convertirse en gasolineras aéreas, "serán transportadas por carretera y solo se instalarán cuando sean necesarias para la misión", detalló el coronel Andrés Gamboa, jefe del Ala 31.

El aterrizaje del A400M fue celebrado con el tradicional bautizo o pasillo de agua, que lanzaron dos camiones de los bomberos de la Base, costumbre aeronáutica para los aviones que aterrizan por primera vez en un aeropuerto. Pero la llegada del segundo avión no se celebró como la del primero, a la que asistieron el secretario de Estado de Defensa, Agustín Conde, y el Jefe de Estado Mayor del Aire, general Francisco Javier García.

El general Salvador Álvarez, responsable de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM), destacó este jueves en el acto celebrado en Sevilla la cooperación entre la industria y el Ejército del Aire, así como el hecho de que esta entrega se haya realizado en plenas fiestas navideñas. De hecho, una tripulación del Ala 31 ha permanecido un mes en la capital hispalense para volar en la nueva aeronave con los técnicos de Airbus y hacer las pruebas necesarias para asumir el aparato.

Cuatro tripulaciones

En estos momentos, ya hay tres tripulaciones con cuatro componentes cada una que están capacitadas para llevar el A400M y una cuarta está en pleno proceso de formación. "Está previsto que nos llegue el tercero hacia el mes de abril y el relevo de los diez Hércules no empezará hasta el año 2022", agregó el coronel Gamboa, quien recordó que hace una semana celebraron las 200.000 horas de vuelo de los Hércules y las 4.000.000 horas de mantenimiento que ha supuesto esta histórica aeronave.

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