Trueque para consumir sin gastar

La Feria de Intercambio de Zaragoza alcanza este domingo (11.00-14.00) su cuarta edición en el parque José Antonio Labordeta.

La III edición congregó en el parque José Antonio Labordeta a 300 personas.
Trueque para consumir sin gastar
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La sillita de bebé del niño que ya anda solo, esa cafetera olvidada en un armario de la cocina porque ahora está más de moda el té o la bicicleta con la que pensabas recorrer el mundo y que ha quedado relegada en una esquina del trastero. Cualquier objeto tiene cabida en la IV Feria de Intercambio de Zaragoza, que se celebrará el próximo domingo 8 (11.00-14.00) en el parque José Antonio Labordeta como una alternativa a la programación habitual de las fiestas del Pilar.

El trueque suma adeptos y está dispuesto a ganarle el pulso a la crisis. Desde la Fundación El Tranvía, constituida por la Asociación de Vecinos de Las Fuentes, llevan 10 años impulsando el intercambio de objetos a pequeña escala para difundir las bondades de las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar. En 2011 pusieron en marcha una red de trueque global en la ciudad junto al proyecto El Banco del Tiempo, de la Federación de Barrios, y el Colectivo Ecoflor. “Antes hacíamos muchos trueques pequeñitos, pero ahora hemos unido fuerzas y preferimos hacer uno a lo grande, como esta feria”, cuenta Ciara Condon, de la Fundación El Tranvía.

El año pasado, el encuentro de intercambio congregó a 300 personas y por la avenida de San Sebastián del parque José Antonio Labordeta se dispusieron 90 puestos con objetos de lo más variopintos. “Queremos satisfacer las necesidades de consumo sin utilizar el dinero en metálico”, apunta Condon. Además, la organizadora subraya que los enseres que llevan los zaragozanos van ganando calidad, “porque los asistentes tienen que entender que nadie les va a cambiar un exprimidor por la muñeca de la comunión”.

Concienciar sobre el consumo responsable

Más allá de los puestos de trueque, en esta edición no faltarán las mesas informativas de las entidades organizadoras para crear conciencia sobre el consumo responsable. También estarán presentes la Red de Semillas de Aragón, colaboradora desde la primera edición; el proyecto aRopa2 y sus contenedores de prendas de segunda mano, ya que muchos ciudadanos deciden donar la ropa que no ha sido intercambiada en la jornada; y un puesto de ‘bookcrossing’, “porque el lema de ‘libros libres’ encaja a la perfección con nuestra filosofía”, precisa Condon.

Como novedad, la organización destaca la implicación de los estudiantes de Trabajo Social de la Universidad de Zaragoza, que “nos están ayudando a difundir la feria para llegar al colectivo joven, que lo teníamos menos cubierto”. Además, van a realizar un taller de juguetes reciclados gracias al Equipo Arbotante, del campus público, porque como avanza Condon, los niños se han convertido en los grandes protagonistas de la cita: “Desde el cole ya practican el trueque con los cromos y muchos montan en la feria sus propios puestos”.

El tiempo, un bien preciado

La Feria supone una evolución del proyecto El Banco del Tiempo, creado hace cinco años desde la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza, que intercambia tareas a través de unos bonos que contienen horas y minutos. “Un escritor se puede ofrecer para redactar documentos. Si invierte tres horas, se le darán los vales de tiempo correspondientes, que podrá canjear por cualquier otro servicio que necesite, como que le arreglen un enchufe”, cuenta Rafa Tejedor, responsable de la iniciativa.

Actualmente son 300 los socios y entre sus habilidades está desde enseñar a planchar hasta dar masajes o cocinar pasteles. Los organizadores están muy satisfechos por poder realizar tanto intercambios materiales como de tiempo, porque así han conseguido “cubrir un margen completo de la economía colaborativa y de la solidaridad entre personas”.

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