Piden 6 años de cárcel por una presunta agresión sexual en los Pilares de 2015

El procesado afirma que las relaciones fueron consentidas aunque iba muy borracho y no se acuerda de nada. La víctima lo acusa de violación y solicita 12 años de prisión

El juicio se ha celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza a puerta cerrada.
El juicio se ha celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza a puerta cerrada.
Oliver Duch

Cristian Gabriel S. C. ha sido juzgado en la Audiencia Provincial de Zaragoza como presunto autor de la violación de una joven durante las fiestas del Pilar de 2015. El acusado se enfrenta a una petición de condena por parte de la Fiscalía de 6 años de cárcel, ya que califica lo ocurrido de abusos sexuales. Sin embargo, la acusación particular le atribuye un delito de violación y eleva la pena a 12 años de prisión, multa de 900 euros y la prohibición de aproximarse a la joven durante 10 años. En caso de que el tribunal lo considere autor de un delito de abusos, la condena que reclama es de 10 años de cárcel.

El juicio se ha celebrado a puerta cerrada para preservar la intimidad de la víctima, que declaró protegida por un biombo. Según el relato de hechos que hacen las acusaciones, la agresión se produjo en la madrugada del 12 de octubre en el domicilio del ahora acusado, donde la víctima aceptó acompañarle para dejar unas bolsas con bebidas.

Ambos se habían conocido horas antes en una discoteca de la ciudad cuando iban con sus respectivas cuadrillas de amigos y, tras estar de fiesta en más locales, acordaron ir a desayunar a otro bar. Ante la propuesta de acompañarle a su domicilio a dejar las cosas, la chica aceptó. Al llegar al portal le dijo que le esperaba allí, pero ante la insistencia en que subiera a su casa, accedió.

Según las acusaciones, una vez en el domicilio, sin mediar palabra, el agresor la metió en su dormitorio y cerró la puerta. La joven se puso a gritar, lo que despertó a la madre de Cristian Gabriel S. C., que se presentó en la habitación con un palo en la mano con el que la intimidó para que se callase.

Al quedarse solos en el dormitorio, el agresor se abalanzó sobre ella, le puso una mano en la boca y, tras quitarle la ropa, la agredió sexualmente. Según el escrito de la abogada de la acusación, Rosario de la Llana, en el transcurso de la agresión la joven estuvo todo el rato asustada y gritando. No fue hasta que él terminó, cuando logró zafarse y escapar de la casa.

Nada más llegar a la calle telefoneó al 061 (emergencias sanitarias), donde le explicaron que no era allí donde tenía que llamar. La joven se puso entonces en contacto con sus amigas, que avisaron a la Policía Nacional de lo ocurrido. Una patrulla acudió de inmediato al lugar de los hechos y fue trasladada a urgencias de Maternidad del Hospital Miguel Servet, donde fue examinada.

Los médicos forenses la exploraron y recogieron muestras biológicas en las que el laboratorio halló ADN del acusado. La joven presentaba una pequeña lesión genital y sufrió un trastorno de estrés postraumático de carácter agudo para el que necesitó 274 días de estabilización -cuatro de ellos de baja laboral- que le ha repercutido en su vida social y laboral. El trastorno inicial se le agravó cuando se enteró por una amiga de que el procesado no estaba en prisión. Por todo  ello, la acusación particular solicita una indemnización de 9.591 euros y 892 más por las secuelas.

Por su parte, el abogado defensor de Cristian Gabriel S. C., Javier Elía, ha pedido la absolución de su cliente alegando que hubo relaciones, pero que fueron consentidas. Ha aportado un informe que avala que el acusado tiene reconocida una discapacidad intelectual del 53% de la que nunca ha estado bien tratado. Por eso, ha solicitado al tribunal que en el caso de condena, le aplique la eximente completa por trastorno mental o, alternativamente, una pena de 2 años de cárcel con las atenuantes de embriaguez y trastorno psíquico.

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