El Congreso avala la crítica del Tribunal de Cuentas al descontrol en la obra del tranvía

La Cámara Baja ratifica que al Ayuntamiento pagó de más y no auditó su ejecución.

El presidente del TCU, Ramón Álvarez de Miranda; el diputado Eloy Suárez y una letrada del Congreso, ayer.
El Congreso avala la crítica del Tribunal de Cuentas al descontrol en la obra del tranvía
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El Congreso de los Diputados asumió ayer que el Ayuntamiento de Zaragoza cometió "irregularidades" en la planificación, adjudicación y posterior ejecución de las obras del tranvía de Zaragoza. La Cámara Baja tomó posición al votar las resoluciones de los grupos parlamentarios sobre el informe que elaboró el Tribunal de Cuentas de esta infraestructura zaragozana. En él, el órgano auditor detectó "deficiencias" administrativas, financieras y de gestión en la forma en que el Ayuntamiento –entonces con Juan Alberto Belloh como alcalde– encaró la obra. Ante esta situación, la comisión mixta Congreso-Senado que controla la actuación del Tribunal de Cuentas –y que está presidida por el diputado aragonés Eloy Suárez– acordó ayer con lo votos de PP, PSOE, Ciudadanos y la abstención de Podemos "asumir el contenido del citado informe así como sus recomendaciones".

En el documento que ayer respaldó el Congreso, el Tribunal de Cuentas cuantifica en 630.819 euros el dinero que el Ayuntamiento habría pagado de más a la sociedad Los Tranvías de Zaragoza. Según el informe, el Consistorio habría justificado estos pagos que no tenían claro sustento legal en una revisión de precios y en un plus por pronta ejecución.

Además, la auditoría pone en duda una liquidación de 2,7 millones del IVA y denuncia que el Ayuntamiento de Zaragoza llegó a gastarse más de 4 millones en diversos estudios para justificar que hacían esa línea del tranvía. Y eso, pese a que según ha detectado elTribunal de Cuentas, esos estudios advertían "de la desproporción entre el interés social y el coste económico" que suponía el tranvía.

El informe del Tribunal sobre la gestión de este transporte zaragozano no deja lugar a dudas sobre la falta de transparencia que rodeó el procedimiento. Según determina, en algunos de los contratos que sirvieron para hacerse la obra se saltaron "los principios de publicidad, transparencia y objetividad que han de regir la contratación pública".

Otro de los aspectos que pone en cuestión el informe es el elaborado sistema burocrático que diseñó el Ayuntamiento– apoyado entonces por PSOE, CHA e IU– con un ente con mayoría de accionistas privados para quitar controles a la forma en que se gastaba el dinero público. Así, según el Tribunal, la Sociedad de Economía Mixta (SEM) que gestionaba el tranvía enviaba documentos al Ayuntamiento sobre la obra "que no tenían el carácter de certificaciones". Este mecanismo supuso "excluir un instrumento relevante para el seguimiento de la ejecución de las obras y el control de su adecuación al proyecto aprobado".

En este sentido, el Tribunal de Cuentas no detectó que hubiese sobrecostes, sino que se ideó un sistema que impedía al propio Ayuntamiento vigilar que los trabajos que hacía la SEM eran los que se habían proyectado. Por último, el informe ratificado alude también a los criterios "genéricos" que se usaron para elegir las empresas que forman la SEM.

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