“No entiendo que haya excrementos hasta en las zonas donde juegan los niños”

La presencia de heces de animales en el Parque Pignatelli no pasa desapercibida entre algunos de sus usuarios, que hablan de “dejadez” y de “falta de civismo”.

Excrementos de perro a la entrada del parque Pignatelli de Zaragoza.
“No entiendo que haya excrementos hasta en las zonas donde juegan los niños”

La presencia de heces de animales en la vía pública o en determinadas zonas verdes de la ciudad no pasa desapercibida. Concretamente en el Parque Pignatelli, son unos cuantos los usuarios y vecinos de la zona que no dudan en denunciar la “falta de civismo” de, fundamentalmente, los dueños de los perros que no recogen los excrementos y que contribuyen a generar “suciedad y molestias” en un entorno en el que también algunos hablan de “dejadez e insuficiente mantenimiento”.

Ana María Rotaru, vecina de la calle María Moliner, jugaba este lunes por la tarde con su hijo en la entrada del parque. “Lo de la suciedad es demasiado. No entiendo cómo la gente deja los excrementos hasta en las zonas donde juegan los niños”, comentaba al tiempo que se quejaba sobre el estado del área de columpios y juegos infantiles: “No se encarga nadie de este parque. El estado del de Miraflores, por ejemplo, no tiene nada que ver”, añadía.

Mientras señalaba varios restos de deposiciones caninas en el suelo, Juana Valenzuela, que también cruzaba el Pignatelli, subrayaba que “el de los perros es el problema más grave”, si bien, “se trata de una cuestión de civismo de las personas responsables de los animales”. Además, agregaba: “El parque está un poco dejado de la mano del hombre”.

La presencia de césped en el entorno o el mantenimiento de los espacios verdes también llama la atención de Esperanza Gosálbez, residente en la calle del Maestro Estremiana y habitual usuaria del parque. “Vivo justo arriba y suelo pasar por aquí. Paseo a mi perro en alguna ocasión y llevo mis bolsas, pero hay personas que no las llevan o no las usan. Además de este tipo de suciedad, el parque está descuidado y bastante dejado, sobre todo en materia de césped, y falta mantenimiento”, valoraba. “Hace un tiempo quitaron árboles y nos descolocó”, comentaba esta joven, que sitúa en los últimos cinco años la intensificación de este tipo de “problemas”.

Sin embargo, otros usuarios como José Arias, que columpiaba a su nieto en la zona de juegos, afirmaba haber visto el Parque Pignatelli “mucho peor que actualmente”. En la opinión de este vecino del barrio de San José, “no es un parque de lujo, pero tampoco está tan mal”. “Por aquí vienen muchas personas con animales y no todos actúan igual: muchos recogen, otros no. El césped, por ejemplo, está en la misma situación que en otros parques. Yo veo trabajar a los jardineros, pero para mantenerlo bien, hacen falta más medios y más personal”, aseguraba.

Por su parte, el presidente de la asociación vecinal San José valoraba el estado de esta dotación, ubicada en el encuentro del Centro de la ciudad, San José y Torrero, como “similar” al de otros parques del distrito como el de La Granja, la plaza Reina Sofía o el Jardín de la Memoria. “A lo mejor no reciben el cuidado suficiente por parte de Parques y Jardines”, apuntaba Nacho Lasmarías, que se refería también a la suciedad y a la carencia de césped.

Una opinión compartida en la asociación Venecia Montes de Torrero, donde indicaban que el Pignatelli es frecuentado por vecinos del barrio, además de ser una zona de paso habitual hacia el Centro. “Hay un problema con los excrementos en este lugar, pero como en el resto de la ciudad. Existe una falta general de educación cívica y es un tema delicado sobre el que el Consistorio debería tomar medidas de control, vigilancia o concienciación”, aseguraba el representante del ente Joaquín Salvador, quien también enumeraba el parque de la calle Oviedo, el de La Paz o el de la calle Cuarte como puntos en los que igualmente se aprecian esas escenas.

Desde el Ayuntamiento de Zaragoza apuntaban que tal problemática responde a “una cuestión de civismo y educación de los dueños de los perros”. “Son ellos los que deberían recoger los excrementos, aunque se hace limpieza cotidiana en zonas verdes”, afirmaban fuentes municipales. Por otro lado, sobre la modificación de la Ordenanza de Protección Animal, “se encuentra todavía en fase de tramitación y se están negociando con los grupos municipales las enmiendas”. “Una de las novedades es la inclusión del ADN canino en la base de datos de la DGA, el RIACA; sin embargo, la principal vocación de este registro es la lucha contra el maltrato y el abandono”, concluían.

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