Fiebre fast food

En los últimos meses, han abierto varios establecimientos de este tipo en la ciudad consolidada, fuera de centros comerciales.

McDonald's de La Azucarera en Zaragoza.
El McDonald's del Arrabal, que abrió el año pasado.
P. F.

Los últimos meses han sido intensos en el sector de franquiciados de comida rápida en Zaragoza. Varias cadenas de primer orden han abierto establecimientos en la ciudad consolidada, fuera de centros comerciales y, algunos, incluso en locales emblemáticos. Después de varios años de crisis económica, y de la consecuente bajada del consumo, las empresas se han animado por fin a apostar por la capital aragonesa. Algunas, como McDonald's, lo han hecho por duplicado. Para otras, como Rodilla, ha supuesto el 'bautismo de fuego' tanto en Zaragoza como en Aragón.


La mayoría de empresas han elegido las calles del centro de la ciudad para instalarse, aunque en el caso de McDonald's la estrategia comercial ha sido totalmente opuesta. El gigante estadounidense de fast food abrió en 2015 un restaurante en el Arrabal. Lo hizo en un solar situado entre la avenida de San Juan de la Peña y la calle del Marqués de la Cadena. Allí se construyó de cero una suerte de “chalé restaurante” al más puro estilo estadounidense: zona de mesas, McAuto, parking y terraza.


Este establecimiento es prácticamente idéntico al que tiene la cadena en junto a Puerto Venecia desde hace varios años. También es muy similar al que próximamente abrirá sus puertas en La Almozara, en un solar donde antes funcionaba un supermercado Aldi y situado junto a un Lidl que funciona desde hace tan solo unos meses, un edificio nuevo que supuso la cuarta apertura del grupo alemán en la capital aragonesa.


Las obras del restaurante de comida rápida de La Almozara van muy avanzadas y su apertura está inicialmente fijada para esta primavera. Con este nuevo restaurante ya son nueve los que la cadena tiene en Zaragoza, tres de ellos fuera de centros comerciales.


El tradicional competidor de McDonald's, el Burger King, no ha sido ajeno a esta fiebre de poner en marcha nuevos negocios. Abrió su sexto local en Zaragoza a finales del año pasado en la intersección de las avenidas de Fernando el Católico y Goya, en el espacio que antes albergaba un bingo y, años atrás, el cine Gran Vía.


Del otro lado del charco también llegó Taco Bell. Desembarcó en la calle Alfonso pocos días antes de las pasadas fiestas del Pilar. Especializado en comida tex-mex, este no fue su primer local: ya funcionaban antes en Puerto Venecia. Pertenece al mismo grupo que Pizza Hut y KFC, que también se instaló en Zaragoza por primera vez en marzo de 2015 en el citado centro comercial.

Las compañías españolas se suman

Pero la fiebre fast food no solo ha llegado de la mano de franquicias extranjeras. Varios grupos españoles de restauración se unen a la lista de aperturas. En octubre de 2015, Rodilla abrió su primer local en Aragón en el Coso Alto. La cadena especializada en sándwiches, cuyo germen se encuentra en una pequeña charcutería que abrió sus puertas en 1939 en la madrileña plaza de Callao, apenas tiene un puñado de locales fuera de la capital española, donde su presencia se cuenta por decenas. Desde 2012, la compañía pertenece al Grupo Damm pero durante décadas fue un negocio familiar.


El grupo Restalia, en el que se integran los establecimientos 100 Montaditos o La Sureña, trajo sus hamburguesas 'made in Spain' hasta la plaza de España. Lo hizo en agosto de 2015, cuando abrió sus puertas, junto a la sede del Banco de España, 'TGB: The Good Burguer'.


Hasta otro enclave zaragozano privilegiado, quizás el que más, llegó Telepizza. La cadena española abrió franquicia hace tan solo unas semanas en la plaza del Pilar de Zaragoza, a pocos metros del ayuntamiento. La céntrica ubicación hará posible una imagen poco habitual: ver a los repartidores de pizzas sin moto. La compañía anunció que los repartos se harían a pie siempre que fuera posible.

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