Los depósitos del Pignatelli: historia del agua en Zaragoza

?Ha arrancado el proceso de participación para dar uso a las viejas instalaciones y revitalizar la zona.

El Gobierno de la ciudad de Zaragoza ha impulsado un proceso participativo para recuperar y revitalizar los antiguos depósitos del Parque Pignatelli. Una infraestructura urbanística que supuso un hito en la historia de la ciudad al ser los primeros depósitos de agua potable con los que contaba, dejando un conjunto de interés arquitectónico ligado al posterior desarrollo del parque y de la urbanización del actual Paseo de Sagasta.


Estas viejas infraestructuras generan en la actualidad una brecha urbana en la zona verde, y desde que cayeron en desuso han sido objeto de diversos episodios de expolio y ocupación, lo que llevó a buscar una solución que reconvierta la zona en un entorno útil y de reencuentro vecinal.


Los depósitos se construyeron en 1877 según el proyecto del arquitecto municipal Ricardo Magdalena, con dos vasos que sumaban unos 40.000 metros cúbicos. "El agua llegó tarde a Zaragoza con respecto a otras ciudades. Eran unos depósitos pequeños para la población de entonces, de 84.000 habitantes, aunque no se abastecía igual que ahora", explica el arquitecto urbanista del Ayuntamiento de Zaragoza, Ramón Betrán.


El agua se tomaba del Canal, junto al puente de América, donde se construyó una pequeña obra de fábrica para el filtrado del ramaje. De ahí, un conducto la llevaba a los vasos, que luego pasaba a una cámara subterránea de decantación y filtrado, y pasaba luego por gravedad al aljibe enterrado, una espectacular obra arquitectónica. Desde ahí, una cañería maestra recorría el camino de Torrero, la glorieta de Pignatelli (actual plaza de Aragón) y el paseo de la Independencia para llevar el agua hasta la plaza de la Constitución (hoy de España), donde estaba la fuente de la Princesa o de Neptuno, que hoy se ubica en el Parque Grande. Este era el elemento nodal de la red de distribución de agua a las fuentes públicas construidas desde 1862.


"La gente bajaba a las fuentes con los cántaros, quien podía tenía criadas que les subían el agua, porque pesaban mucho, y también había aguadores que vendía agua", apunta Betrán, oficio que en la época tuvo un papel esencial tanto para el abastecimiento del agua de boca, como en su papel para la extinción de incendios. "Tenían obligación de tener los cántaros llenos y acudir en caso de alarma", apunta el técnico municipal.


En 1898 se inauguró un segundo depósito, de unos 42.000 metros cúbicos y, como consecuencia, se unificaron los dos vasos del primero. Desde entonces, el Ayuntamiento también autorizó acometidas de casas y negocios ante cuyas fachadas pasaban los conductos, e incluso se comenzó a construir una incipiente red de cañerías públicas a las que se iban conectando otras privadas.


Depósitos de Casablanca


Pero el agua de boca seguía siendo poca, de presión insuficiente y de escasa calidad. En 1905 se ejecutaron las redes generales de saneamiento y abastecimiento de agua, lo que obligó al Ayuntamiento a construir unos nuevos depósitos en Casablanca en 1911, con una capacidad de 160.000 metros cúbicos, que se ampliaron en 1925.


Los depósitos de Cuéllar siguieron utilizándose como infraestructuras complementarias hasta 2005, cuando la inauguración de los depósitos de Valdespartera supuso su clausura definitiva.


En la actualidad, la infraestructura del Parque Pignatelli está compuesta por los vasos exteriores, la casa del guarda, que se añadió en 1878, y el espectacular aljibe enterrado, que en los años 80 llegó a utilizarse como sala de exposiciones. De construcción moderna es la nave de bombas, dependencias de aseos y el edificio del hipoclorito.


Proceso de participación


El proceso de participación pública para la recuperación del conjunto se ha estructurado en varias fases, y se llevará a cabo a través de las Juntas de Distrito y, por otra parte, a través de la Sede Electrónica del Ayuntamiento de Zaragoza.


Ya ha tenido lugar una primera fase de información y visita a los depósitos. A continuación, se llevará a cabo la segunda fase de debate y deliberación, hasta el día 7 de abril, que, a su vez, constará de varias etapas, con el envío de sugerencias y propuestas de usos, que pueden presentarse bien en la Sede Electrónica municipal o a través de las Juntas de distrito de Torrero, San José y Universidad.


Después se analizarán las propuestas recibidas, se crearán grupos de trabajo y se convocarán reuniones de análisis y debate.

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