La tormenta dañó caminos, calles y 100 hectáreas de cultivos

El lunes se recogieron entre 45 y 60 litros en la ribera del Jiloca. Hubo afecciones en Maluenda, Velilla y Morata.

Una tormenta deja 40 litros en Morata de Jiloca y provoca inundaciones en Calatayud
Daños en un campo de manzanas de Morata.
Miguel Langa

Las localidades de Maluenda, Velilla y Morata hacían ayer balance de los daños de la fuerte tormenta que descargó durante la tarde del lunes en la ribera del Jiloca, dejó registros que van desde 40 litros por m2 hasta 60, según la zona. Las intensas precipitaciones provocaron el corte de caminos, la entrada de agua en algunas casas y afecciones en los cultivos de frutales.

"En algunas ramblas ha movido piedras de más de 1.000 kilos", ponía como ejemplo Miguel Langa, alcalde de Morata. En este sentido, el primer edil explicó que hay varios caminos cortados por socavones y con importantes deslizamientos que dificultan o imposibilitan el paso.

"Hay unas 100 hectáreas de viñas afectadas y una finca de almendros recién plantados que se ha llevado algunos árboles", indicó el regidor. También se han visto dañadas algunas infraestructuras de riego. "Una parte de un camino se ha caído sobre una acequia, la ha cegado y ahora hay fincas que no pueden regar y otras encharcadas", valoró Langa.

En el caso de Maluenda, su alcaldesa, Carmen Herrero, también indicó que "hay algún camino cortado y estamos en plena cosecha". Sin embargo, el principal problema para esta localidad son las afecciones que provocan los barrancos que cruzan la N-234 y que desde la última reforma han perdido los badenes que los encauzaban en los dos extremos del casco urbano. "Hace falta una solución", indicó la alcaldesa.

Un técnico de la Diputación de Zaragoza y el diputado José Carlos Tirado visitaron ayer las localidades afectadas y se entrevistaron con los alcaldes. El propósito de la institución es atender "de forma inmediata" las reparaciones más urgentes con maquinaria de la institución provincial.

Velilla de Jiloca fue otra de las localidades damnificadas. Tras una noche "desastrosa", en palabras de su alcaldesa Mª Ángeles Ruiz, el pueblo amaneció ayer rodeado de barro y con grandes desperfectos. "Las paredes de las escuelas están rotas y las alcantarillas arrancadas", relató la responsable municipal, que explicó que el agua entró en muchas casas.

"No nos dio tiempo a llamar a nadie, solo podíamos sacar agua", aseguró Ruiz. Los velillenses colaboraron unos con otros para intentar evacuar la máxima cantidad de agua de sus casas.

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