El Rosario de Cristal ilumina el centro de Calatayud

La plaza de Santa María antes del inicio del Rosario de Cristal de Calatayud era un hervidero de idas y venidas. Entre la marabunta -cerca de 2.000 personas de media suelen participar cada año- hay unas voces e indicaciones que evitan que se convierta en caos, las del equipo de coordinación del Club Consolación.

“Tenemos que estar muy atentos y llevar un poco la función de acordeón: soltar y detener el ritmo de desfile”, explica Ricardo García, que acumula casi dos décadas al frente. “Lo bonito es que haya espacio entre cada farol para ver lo bonito y la magnitud que tiene”, apunta. Este es el acto del día grande de las fiestas que se repite cada 8 de septiembre y que está vez esquivó la amenaza de tormentas.

Hay que tener en cuenta que el Rosario tiene 200 faroles pequeños, 10 grandes y más de 50 peanas con advocaciones de varias vírgenes de iglesias de la comarca. Además este año, el hecho de que fuera sábado repercute en una mayor afluencia. “Es algo que siempre se nota, porque hay mucha gente fuera que hoy sí puede venir”, indicaba García.

Sin embargo, también hace un llamamiento: “El año pasado se quedaron unos 12 faroles sin salir y hablamos de que este acto es un patrimonio de la ciudad”. Así, de este acto, que se dice el más antiguo de este tipo en Aragón, hay constancia documental desde hace más de 140 años.

La comitiva pasó por San Pedro de los Francos para recoger la imagen de la patrona y dirigirse al paseo Cortes de Aragón. En el recorrido, fueron centenares de personas los que estuvieron en las aceras, cogiendo sitio desde antes de iniciarse la procesión.