Más de un centenar de magalloneros toman la cima del Moncayo

La iniciativa espontánea de dos vecinos promete convertirse en una cita anual dado el éxito de la primera convocatoria.

Magalloneros en el Moncayo
Magalloneros en el Moncayo

Un total de 120 vecinos de la localidad zaragozana de Magallón tomaron el domingo la cima del Moncayo, logrando así el reto propuesto por dos amigos del pueblo. Javier Aparicio y Angelberto Adell fueron los impulsores de la iniciativa, que surgió de manera espontánea y resultó ser todo un éxito entre los magalloneros.

La idea se fraguó hace un mes y, a partir de ese momento, se encargaron de hacerla llegar a través de las redes sociales y del boca boca -aprovechando las fiestas del pueblo- al mayor número de vecinos posible. El pregón difundido los días previos a la marcha por la megafonía del Ayuntamiento también ayudó a sumar participantes: "La gente del pueblo responde muy bien a este tipo de cosas", asegura Aparicio.

Los participantes se congregaron a las 6.45 del domingo 26 de agosto en una plaza del pueblo. Desde ahí, se dirigieron en vehículos particulares hasta el Santuario del Moncayo. "Hubo muchos voluntarios que ofrecieron sus coches para subir", cuenta el organizador, que destaca lo variado del público: "Hubo desde niños de 5 años hasta adultos de 68".

Con Adell, muy aficionado a la montaña, como líder del grupo y con Aparicio como "coche escoba", los senderistas hicieron cima tras dos horas y 20 minutos de recorrido. "Prácticamente el 100% de los participantes llegaron, salvo tres jóvenes que se quedaron por el camino y consiguieron alcanzar la cima poco después", explica Aparicio.

Almuerzo y vermú para reponer fuerzas

Una vez arriba, sin incidencias y con unas buenas condiciones meteorológicas, los participantes disfrutaron de un almuerzo por cortesía del Ayuntamiento, acompañado por el agua y el vino que los propios vecinos llevaron consigo.

Transcurridos 45 minutos, en los que los senderistas pudieron reponer fuerzas y observar las vistas que ofrece la montaña, emprendieron el descenso. "La bajada fue más rápida, duró una hora y 20 minutos", explica Aparicio, que siempre confió en poder superar el reto: "Al principio planeamos reunir a 50 vecinos, pero luego pensé: '¿Y por qué no a cien?'".

Una vez llegados a Magallón, la expedición volvió a reunirse en las piscinas municipales para degustar un vermú y compartir sus experiencias. "Era la primera vez que se hacía algo así, pero los vecinos ya nos están preguntando qué haremos el año que viene", asegura Aparicio. "Todavía hay mucho tiempo para pensar, aunque ya estamos dándole vueltas al tema", señala el precursor de la marcha.

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