La ganadería, una salida para asentarse en el medio rural

Silvia Marcu y José Manuel Gil están en vías de instalar en Fuentes de Jiloca una explotación de ovino de 550 cabezas para carne. Después valoran trabajar con queso.

El matrimonio, en la que será su explotacion ganadera.
El matrimonio, en la que será su explotacion ganadera.
Macipe

A través de un camino sinuoso y estrecho, en el término de Fuentes de Jiloca, escoltado por frutales y en paralelo al curso del río que le pone apellido al pueblo, se accede al pequeño gran objetivo de José Manuel Gil y Silvia Marcu: la nave que prevé acoger una explotación ganadera de Ternasco de Aragón que les dé pie a poder asentarse en la localidad.

"Me gusta el campo y los animales. En Rumanía, cuando era joven, trabajaba con mi padre", recuerda Marcu, de 40 años, que desde hace tres vive en el municipio. En 2016, se plantearon el proyecto y empezaron a poner toda la maquinaria burocrática en marcha. Con 2018 avanzado, la sensación que le queda es de cierto desasosiego. "Lo peor es todo el tiempo que hay que estar esperando para recibir todos los permisos", reconoce la que será gestora de las instalaciones.

Mientras se cumplen los plazos, Silvia Marcu participa en cursos de formación sobre agricultura y ganadería, gestión y explotación de la rasa aragonesa e incluso las posibilidades que tienen estos animales una vez que llegan al plato. "Vemos que este sector tiene todavía mucho futuro por delante", explica su marido, José Manuel Gil, de 55 años y natural de Fuentes.

"Me fui a Cataluña con 26 años a ganarme la vida y mi ilusión era, y es, poder volver a mi tierra, donde he nacido y me he criado", confiesa Gil, propietario de un restaurante en la provincia de Gerona, y cuya familia tuvo ya una explotación ganadera y sus padres una carnicería. "Me siento muy cómodo aquí, con la gente y con el entorno", subraya. "Me encanta estar en el pueblo, me gusta mucho más que estar en la ciudad", apunta Marcu.

Para Gil, "ella tenía la idea y ganas, y eso me ha motivado y le apoyo". A la espera de que hasta la nave, ya prácticamente habilitada, puedan llegar las 550 ovejas, ambos explican que la explotación cuenta con cerca de quince hectáreas, de las que unas ocho serán para pastos. Sin embargo, en este punto Gil vuelve a incidir en lo que para ellos es un problema: la lentitud. "Sería de agradecer que hubiera una mayor agilidad, porque necesitamos que todo esté en marcha antes de finales de año", remarca.

Hasta el momento, muchos vecinos, según reconoce Gil, se han mostrado sorprendidos: "Me han llegado a decir que si estamos locos", apunta con una sonrisa. Pero la realidad es que le hace "ilusión poder contribuir a hacer algo aquí" y reconoce que sus cuatro hijos (de un matrimonio anterior y que siguen yendo al pueblo) le han mostrado su respaldo.

Pero, a juicio de Gil, hay algo que tendría que mejorar con respecto al Ternasco de Aragón: "Habría que trabajar todavía más en promocionarlo en puntos como Madrid, porque es un alimento muy sano, con bajo colesterol, y que a la gente le encanta". En este sentido, incide en que "si se comercializase bien, sería una fuente de ingresos muy importante para zonas rurales". Y desde su punto de vista, muy cercano a los fogones, es algo que "no tiene comparación ni con el lechazo, ni en Castilla ni en Andalucía"

A largo plazo, Silvia y José Manuel también planean poner en funcionamiento otra explotación de ovejas, pero esta vez para hacer queso. "Sería con churras, que son propias de Castilla y León". Ahora, el tiempo (y la burocracia) dirán si puede hacerse realidad.

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