El hombre de 56 años de edad que el pasado viernes no regresó al hospital psiquiátrico de Sádaba donde residía fue encontrado muerto este domingo en el canal de Bardenas, cerca del municipio zaragozano. Fue una vecina de la localidad y un bomberos que formaban parte del dispositivo de búsqueda quienes sobre las 11.15 dieron la alerta al avistar un cuerpo flotando en el agua, a unos 800 metros de donde estaban los buceadores de la Guardia Civil.

El fallecido salió del centro psiquiátrico sobre las 18.30 del viernes y, al comprobar que a las 22.00 no había vuelto, desde el centro se comunicó su ausencia a la Guardia civil del puesto de Sos del Rey Católico que, a partir de ese momento, montó un amplio dispositivo de búsqueda por la zona.

Además de agentes de la unidad de seguridad ciudadana, el helicóptero del Cuerpo con base en Huesca, el servicio cinológico con perros adiestrados y los especialistas en actividades subacuáticas, al operativo se sumaron posteriormente los bomberos de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), así como voluntarios de Protección Civil y vecinos de Sádaba.

Tras las primeras batidas, sin éxito, por la zona más próxima al centro médico residencial, el rastreo se fue ampliando y se decidió cortar el canal de Bardenas para reducir su caudal y poder inspeccionar el cauce.

Mientras los buzos de la Guardia Civil buscaban en el canal a la altura de las compuertas, a poca distancia de allí una vecina voluntaria que recorría el cauce junto a un bombero observó la presencia de un cuerpo flotando. A falta de la identificación de forma oficial, todo indica que se trata del paciente de 56 años desaparecido desde el viernes.

Caso similar en Garrapinillos

Hace poco más de un año se produjo un caso muy similar en el barrio zaragozano de Garrapinillos. Desde hace 14 meses se encuentra en paradero desconocido Lorenzo Mariano Nieto Peralta, de 58 años. El 11 de abril de 2017, este vecino de Zaragoza se marchó en pijama, bata y zapatillas del Neuropsiquiátrico Nuestra Señora del Carmen, donde estaba ingresado por la grave depresión que padecía y ya nunca se ha vuelto a saber nada más de él.

Durante los primeros días se le buscó de manera intensa por la zona tanto por familiares y amigos como por la Guardia Civil, que organizó rastreos a pie ayudados con perros y también con buceadores por el Canal Imperial. Pero todo fue infructuoso. Luego ya no se ha llevado a cabo ningún despliegue similar aunque los agentes las patrullas del lugar siguen mirando en zonas en las que se haya podido ocultar un cuerpo.