“Todavía estamos a tiempo de salvar el castillo de Obano”

El edificio, incluido en la Lista Roja del Patrimonio Español, está a punto de derrumbarse. Otras joyas del rico patrimonio de la localidad de Luna también corren el riesgo de ruina.

La localidad de Luna, en las Cinco Villas, alberga un rico e importante patrimonio que cuenta con varios monumentos pertenecientes a diferentes culturas (romana, árabe, judía...) que dan testimonio de la historia y el paso del tiempo a través de sus edificios. Algunos de ellos mantienen un buen estado de conservación; otros, no han corrido la misma suerte y requieren una intervención urgente para evitar su desaparición.

Un de ellos es la torre defensiva de Obano, en el antiguo camino de Ejea a Huesca, erigida por orden de Sancho Ramírez. La edificación actual corresponde al recinto fortificado que perteneció a los templarios, hacia 1167. Tiene 15 metros de altura y 7 por 9 de planta. Su interior se estructura en 4 plantas y una azotea.

En 2015 fue incluida en la Lista Roja del Patrimonio Español debido a su lamentable estado de conservación. En la actualidad, la ruina amenaza este edificio, que podría derrumbarse en cualquier momento. El castillo es de propiedad particular y, por el momento, no hay prevista ninguna actuación por parte de las instituciones ni desde el ámbito privado.

En el municipio de Luna también peligra la iglesia de San Gil, “una joya del románico que se está viniendo abajo” y para la que “no hay ninguna actuación prevista a corto plazo. Tenemos un patrimonio muy rico pero el Consistorio no puede acometer restauraciones de esta envergadura”, lamenta la teniente de alcalde del Ayuntamiento de Luna, María Luisa Arasco.

El Ayuntamiento de la localidad cincovillesa pugna por preservar su patrimonio, junto con la Asociación Banzo Azcón, que promueve la conservación, mejora y conservación del legado del pueblo y de la comarca.

Además de la torre de Obano y la iglesia de San Gil, otras edificaciones como el castillo de Yéquera o el de Santías, en la cercana localidad de Erla, se encuentran en un difícil situación.

“El estado es deplorable. El problema que tenemos es el de toda la vida: la propiedad, Tanto Yéquera como Obano, Villaverde o el mismo de Santías, que está a un paso de la extinción y probablemente no llegará al verano. Cuando estos edificios pasan a manos particulares la administración se desentiende totalmente”, dice el presidente de la Asociación para la Recuperación de los Castillos de Aragón, José Manuel Clúa.

“La torre de Obano es un caso único de señorío campestre en Aragón que todavía estamos a tiempo de recuperar. Por otro lado, el caso de Yéquera es de vergüenza, un castillo gótico donde posiblemente hay restos musulmanes. Tiene al lado una ermita. Si el castillo está mal, la ermita está peor. Se utilizaba como almacén de utensilios agrícolas, y está penosamente conservada”, explica Clúa.

“Lo mejor que puede hacer un propietario con estos inmuebles, lo más sensato, es cederlo al ayuntamiento pertinente, pero no todos pueden permitirse restaurar estos edificios. Por otra parte, el propietario de un edificio de estas características está obligado a una mínima conservación pero no siempre puede afrontar económicamente las obras de consolidación. La falta de actuación de unos y otros, por diversas razones, provoca que, de esta manera, en Aragón se estén perdiendo castillos muy significativos”, lamenta.

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