El Trallo, una tradición única que aspira a ser Bien de Interés Cultural Inmaterial

Este acto empleado en el sistema de reparto de aguas de riego de la Ribera Alta del Ebro está documentado desde el siglo XIX.

El Trallo o Arruedo, en el Partidero de Almisén
El Trallo o Arruedo, en el Partidero de Almisén
Hermandad de la Acequia de Pedrola y del Cascajo

Es un acto documentado desde el siglo XIX, aunque es probable que su origen sea anterior. El Trallo o Arruedo, tiene lugar dos veces al año, el 21 de abril y el 20 de mayo, en el Partidero de Almisén, en Oitura (Bárboles), una tradición que rige el sistema de reparto de aguas entre la comunidad de regantes de la Hermandad de la Acequia de Pedrola y del Cascajo, en la Comarca de la Ribera Alta del Ebro “según costumbre inmemorial que constituye derecho consuetudinario”, como dicen sus estatutos.


En 2015, la Hermandad de la Acequia de Pedrola y del Cascajo adoptó en junta general el acuerdo de iniciar expediente para declarar el Trallo o Arruedo como Bien de Interés Cultural Inmaterial del Patrimonio Cultural Aragonés, “dada su importancia en el sistema de reparto de aguas de riego y el respeto a nuestras costumbres tradiciones”.


Hasta la fecha, siguen recopilando la documentación necesaria través de los ayuntamientos y entidades implicadas para tramitar esta petición y presentar ante el Gobierno de Aragón la solicitud para incluir esta tradición en el Patrimonio Cultural Aragónes.


Cada 21 de abril se coloca un trallo o tajadera de unos 25 centímetros de altura en el Partidero de Almisén que riega Alagón y Grisén, en el termino de Pedrola. Por la mañana, el encargado de aguas comienza el Arruedo, que consiste en echar cinco fajos de hierba al centro de la acequia, unos 20 metros aguas arriba del Partidero.


“Según el número de fajos que va hacia un lado (Pedrola y Figueruelas) o hacia otro (Alagón y Grisén) corresponden más o menos días de agua de riego; al mes siguiente se repite la operación, el 20 de mayo, esta vez con cuatro fajos en lugar de cinco. En sendas jornadas participan representantes de los Sindicatos de Riego de Pedrola y Figueruelas, respectivamente. El Trallo se celebra ante un notario que da fe del número de fajos que ha ido a un lado o a otro.”, explica Begoña Gómez, secretaria de la Hermandad de la Acequia de Pedrola y del Cascajo.


En el pasado, la asignación de estos turnos de riego era una cuestión capital en la comarca, cuando solo contaba con el agua del río Jalón. La construcción del Canal Imperial, en el siglo XVIII, contribuyó a permitir una gestión más uniforme para los regantes de la zona.


En el Partidero de Almisén, la acequia se divide en dos cauces: la acequia del Cascajo, que riega Alagón, Grisén y Oitura; y la de la Hermandad de Pedrola, que comprende el riego de las tierras de Figueruelas, Azuer, Cabañas de Ebro, Alcalá de Ebro y Pedrola. Allí también se ubica una caseta blanca, rehabilitada hace tres años, que actúa como centro de interpretación del Trallo y cuenta con varios paneles que explican en qué consiste esta tradición.


Como marca la costumbre, y como recoge el capítulo III de las ordenanzas de la Hermandad, una vez finalizado el Arruedo, los representantes de los pueblos citados se reúnen con el notario en la caseta para redactar el acta notarial.


Al finalizar, se reparte vino y avellanas a los presentes “incluidos peregrinos, si por casualidad pasasen, viandantes, mendigos, etc...”, según detalle el informe realizado por Pilar Pérez Viñuales, historiadora especializada en Historia Medieval, cuyas investigaciones siguen en curso para intentar averiguar “cuándo se inició este excepcional y singular acto”.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión