PRESERVACIÓN DE LA ESPECIE

Un estudio calcula que para salvar al oso haría falta soltar al menos 13 animales más

Las reintroducciones tendrían que hacerse en la parte occidental del Pirineo, donde solo quedan machos.

El macho Camille, junto a un jabalí muerto, en una foto tomada a finales del año pasado.
Un estudio calcula que para salvar al oso haría falta soltar al menos 13 animales más
DGA

Un estudio realizado por científicos de varias universidades europeas y del Gobierno francés concluye que el declive del oso pardo en el Pirineo no se debe a la presión del hombre, sino a problemas reproductivos o de comportamiento relacionados con la situación "desesperada" que vive la especie. Según los autores de este trabajo, esos problemas solo pueden resolverse con nuevas reintroducciones, pero para tener éxito y asegurar la supervivencia de este carnívoro haría falta liberar al menos 13 nuevos ejemplares: 3 machos y 10 hembras.

Todos esos osos tendrían que soltarse en la zona occidental del Pirineo (Hecho, Ansó, Roncal, Aspe, Ossau?), área en la que solo quedan cuatro animales y todos son machos. En cambio, en los valles de la parte central (Benasque, Arán, Alta Garona, Altos Pirineos?) prácticamente no haría falta liberar más ejemplares, ya que, en contra de lo que tiende a pensarse, esa población no solo está aumentando, sino que lo hace acercándose a los índices máximos de crecimiento de la especie. Actualmente, cuenta con entre 15 y 20 osos.

La causa no es la presión humana

El estudio, publicado a finales del año pasado en la revista francesa 'Plos One', cuestiona una regla comúnmente aceptada a la hora de plantear reintroducciones de cualquier tipo: que antes de soltar nuevos ejemplares hay que eliminar las causas que han llevado a esa especie a la extinción. Lo que defienden los autores de este trabajo, liderados por el prestigioso investigador Guillaume Chapron, es que, en el caso del oso pardo pirenaico, el declive se debe a mecanismos y comportamientos biológicos, y que por tanto la situación solo puede revertirse reforzando las poblaciones con más animales.

Para llegar a esa afirmación, el equipo de científicos analizó todos los datos de campo recopilados entre 1993 y 2005 sobre las dos poblaciones de oso presentes en el Pirineo. El periodo estudiado acaba ahí porque ese año murió por disparos de un cazador la última hembra que quedaba en los valles occidentales (Canelle), lo que en la práctica conllevó su extinción aunque todavía vivan cuatro machos.

Utilizando todo tipo parámetros demográficos, el trabajo concluye que la tasa de supervivencia de las dos poblaciones de oso pardo pirenaico es similar a la observada en otras zonas del mundo con presencia de esta especie. Esto rebate la tesis de que la mortalidad relacionada con el hombre sea la causa de que en toda la cordillera solo queden unos 25 plantígrados.

Por el contrario, lo que sí observaron los autores del estudio es que entre 1993 y 2005 los osos del Pirineo central tuvieron mucho más éxito en la reproducción que sus congéneres de los valles occidentales. De hecho, los parámetros reproductores de esta segunda población fueron tan bajos que los científicos los consideran la causa de que en esa zona de la cordillera el oso pardo esté técnicamente extinguido.

¿Infanticidios o infertilidad?

El trabajo no llega a una conclusión sobre cuál puede ser el origen de ese fracaso reproductor, pero apunta a dos posibles causas: el infanticidio de origen sexual o la infertilidad.

Respecto a la primera de esas hipótesis, los científicos recuerdan que ya se han citado casos de infanticidio sexual en otras especies de oso. Cuando las hembras están en clara minoría, como sucedía en la población del Pirineo occidental hasta la muerte de Canelle, los machos pueden llegar a matar a los oseznos que no son suyos para provocar que su madre entre en celo. Así aumentan las posibilidades de que las hembras se apareen con ellos.

En cuanto a los problemas reproductivos, el estudio aventura que la población osera de los valles occidental pudo haber atravesado en el pasado un cuello de botella genético que provocara unos altos índices de infertilidad.

Basándose en todas estas constataciones y suposiciones fundadas, los autores del trabajo utilizaron diversos modelos matemáticos para calcular cuántos osos pardos habría que reintroducir en cada una de las dos poblaciones del pirineo para asegurar la supervivencia de la especie. En el caso de los valles occidentales, y utilizando un criterio "conservador", se estableció que sería necesario un mínimo de 10 hembras y 3 machos. Por el contrario, en la zona central bastaría con 3 osas y 1 oso.

Esas estimaciones están hechas sin tener en cuenta que en 2006 -fuera del periodo analizado- Francia liberó en el Pirineo 4 hembras y 1 macho de origen esloveno. Dos de esas osas murieron atropelladas o despeñadas, pero el resto de ejemplares siguen en el Pirineo, por lo que en la parte central de la cordillera bastaría con soltar una única osa más para cumplir las recomendaciones del estudio.

Pendientes de Francia

El Gobierno francés ya han manifestado su intención de reintroducir más ejemplares para garantizar la supervivencia de la especie, pero no ha concretado ni cuántos serán ni dónde y cuándo lo hará. Fuentes del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón explicaron que el Ejecutivo autonómico sigue pendiente de mantener una reunión con el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino para conocer más detalles de los planes del país vecino.