Subida al Santuario de la Misericordia, en Borja

Esta ruta que presentamos supone un agradable y sencillo paseo desde la localidad de Borja al cercano santuario de la Misericordia, ubicado en un cerro con un agradable entorno en el que practicar senderismo, y en cuya iglesia se encuentra el famoso Ecce Homo.

Ermita del calvario, en el santuario de Misercordia de Borja, ubicada en un cerro con grandes panorámicas.
Ermita del calvario, en el santuario de Misercordia de Borja, ubicada en un cerro con grandes panorámicas.
Google street view

Cuando en 1451 se abrieron los cimientos del claustro de la Colegiata de Santa María de Borja apareció escondida una imagen de la Virgen con la inscripción Mater Misericordia, que al parecer siglos antes la habían enterrado por la proximidad de la invasión árabe. Más tarde los borjanos decidieron que tuviera su propia iglesia y esta sería la Ermita de Santa Eulalia, situado en un cerro cercano, que posteriormente se convertiría en el Santuario de la Misericordia.

El santuario se ubica en una zona en alto a escasos kilómetros del núcleo poblacional y su entorno, en las faldas de la sierra del Moncayo, ha sido tradicionalmente zona de veraneo, y espacio de esparcimiento tanto para los borjanos como para las localidades cercanas, por lo que cuenta con un bar-restaurante en el que sentarse y tomar algo. Se trata de un lugar apacible y fresco en el que pasar una jornada muy agradable. Y además, la iglesia del santuario es el lugar donde se ubica el famoso Ecce Homo.

Desde la localidad de Borja se puede llegar andando en un paseo de unos 5 km y en el que salvaremos unos 220 m de desnivel positivo.

Iniciamos el recorrido desde Borja, de donde salimos por la CV-606 en dirección a la Muela Alta, cerro en el que se halla el complejo del Santuario de Nuestra Señora de la Misericordia. Caminando por la carretera pasaremos en primer lugar por la ermita del Santo Sepulcro, que marcara el primer hito hasta llegar, transcurrido poco más de un kilómetro, a un camino de tierra a mano derecha, que ha sido la tradicional vía de subida a pie hasta el Santuario. Dejamos entonces la carretera y continuamos nuestra ruta por esta pista. Hasta llegar al santuario, la caminata transcurre a campo abierto, sin lugares de sombra, por lo que conviene ir preparado con agua y, si es el caso, con algún tipo de sombrero o gorra.

Una vez lleguemos al pie del complejo del santuario, las opciones para conocer el entorno son numerosas. Se recomienda continuar por la pista que bordea el cerro y reconduce a la carretera, donde se encuentra el Parque Moncín, oportuno enclave donde descansar.

Decididos a continuar el recorrido, volveremos a cruzar la carretera para, esta vez sí, llevar a cabo el ascenso a lo alto del cerro. Una vez allí y orientados al sureste, de frente al santuario y más a lo lejos Borja, marcharemos por la izquierda en el primer desvío que nos encontremos, llegando a la ermita del Calvario. Se trata de una construcción circular levantada en piedra en 1565. La subida al calvario, conocida como el camino del Vía Crucis, se produce por pista asfaltada, por lo que recomendamos estar atentos por si aparece algún coche, ya que el paso de vehículos está permitido. En todo caso, el camino se encuentra bien señalizado y el caminante no encontrará pérdida. Llegados al templo, podemos seguir por la pista más o menos circular que recorre el cerro, hasta llegar al otro extremo de la plana que corona este monte, donde encontraremos la caseta del guarda, y especialmente donde encontraremos un espectacular mirador desde el que contemplar unas bellísimas vistas del valle de la Huecha a su paso por Bulbuente y Ambel. Al fondo se ve también el embalse de La Loteta.

Tras admirar esta vista y recorrer la cima, nos disponemos a volver y, para ello, sólo tenemos que retornar por la misma vía de ascenso. De vuelta a la zona residencial del santuario se recomienda visitar la fuente de los caños, con su agua gélida y transparente, y para todo aquel que tenga interés, la iglesia del santuario, construida a mediados del siglo XVI siguiendo el estilo tardo-gótico de la época. Hasta 1578 sólo existía la ermita con una casa para el sacerdote encargado. Ese mismo año se empezó a construir el Caserón, levantado con la finalidad de alojar a los visitantes, estando considerado hoy en día el más antiguo de su tipo en España.

La iglesia cuenta con varias capillas (una de las cuales comunica con el caserón) y una única nave, en uno de cuyos pilares se ubica la famosa pintura del Ecce Homo, al que cientos de visitantes acuden a hacerse fotos.

Tras visitar la iglesia se puede tomar algo en la terraza del restaurante ubicado en la misma plaza, o seguir camino de regreso a Borja, desandando el camino de ida. Además de esta ruta propuesta, en los alrededores existen otras pistas forestales para poder pasear y practicar senderismo durante toda la jornada.

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