Ruta a la fresca: del Parrizal de Beceite a Sant Miquel

Encajonado entre altas paredes rocosas, el río Matarraña llega hasta la localidad de Beceite en un recorrido de alto valor paisajístico y ecológico, especialmente recomendable en las fechas en las que el calor aprieta.

El Parrizal en el Matarraña.
El Parrizal en el Matarraña.
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Proponemos una ruta dentro de los límites de los Puertos de Beceite, una zona en la que las umbrías y el agua alivia el calor de estas fechas, resultando una buena opción para disfrutar del aire libre a pesar de las altas temperaturas.

La excursión que presentamos va de los Estrechos del Parrizal del río Matarraña hasta la localidad de Beceite y forma parte del Camino Natural del Matarraña – Algars, en concreto se trata de la primera etapa de este sendero que recorre 155 km entre la comarca de Matarraña y la de Bajo Aragón-Caspe y puede consultarse en la web del Ministerio para la Transición Ecológica. La ruta propuesta cubre unos 7 km y puede recorrerse en algo menos de 2 horas. 

La ruta parte de las inmediaciones del área de descanso de El Parrrizal que lleva a la zona de los Estrechos, y hasta donde se puede llegar en coche. Desde este punto, y ya a pie, se accede a los Estrechos de El Parrizal, desde donde remontar el curso del río Matarraña hasta llegar a los puertos del Beceite. Se han habilitado pasarelas y cuerdas de seguridad para llevar a cabo este recorrido, pero algunos tramos exigen caminar por el cauce del río, por lo que conviene ir preparado con calzado adecuado.

El camino sigue el curso del Matarraña, -que en este punto se encuentra en sus tramos altos, poco después de su nacimiento-, y va pasando junto a elementos de interés natural e histórico, como la Cueva de la Dona, los manantiales de la Fenellosa o, en la otra orilla, tras atravesar por un túnel excavado en la roca, la cornisa que alberga las pinturas rupestres de la Fenellosa (se puede acceder hasta la valla que las protege si el río no lleva demasiada agua). Si tiene suerte, el viajero puede ver algún ejemplar de cabra montés pastando por la pradera.

Tras un nuevo túnel, se alcanza el área de descanso 1 de El Parrizal, desde donde se puede optar por seguir por el desvío que asciende hacia la Masía de Sant Miquel, o continuar junto al río, por la pista que lleva hasta Beceite.

Si el senderista se decide por la segunda opción, el camino continúa entre las altas paredes del cañón del río y siempre acompañado del Matarraña a mano izquierda. No hay que dejar de mirar el río para disfrutar de las curiosas formas que ha esculpido en la piedra, cantos rodados en algunos casos de tamaño considerable que será necesario salvar, por lo que no hay que pensar que se trata de un camino liso y sencillo, si bien proporciona gran satisfacción al caminante por lo hermoso del entorno. Hay que advertir que, aunque las pozas que se forman en sus remansos inviten al baño, está explícitamente prohibido al tratarse de un río para extracción de agua potable.

Alternativa por la masía de Sant Miquel

Existe, como hemos dicho, la posibilidad de caminar otros 4 km hasta llegar a la masía de Sant Miquel, un conjunto de edificios que en tiempo funcionaron como ermita y vivienda y que fueron destruidos durante las guerras carlistas. El ascenso, por un denso pinar, es una dura pendiente hasta que se alcanza la mitad de la ladera, pero conforme se alcanza altura las vistas sobre el cañón del Matarraña hacen que merezca la pena el esfuerzo.

Entre el pinar van apareciendo olivos plantados en laderas abancaladas que indican la cercanía de la masía, el punto más alto de esta alternativa y de todo este tramo del camino natural. Vale la pena pararse un momento para disfrutar de las panorámicas desde este punto, no sólo del valle que acaba de remontar, sino de buena parte del macizo montañoso de Puertos de Tortosa-Beceite antes de que la ruta comience a descender (de nuevo entre pinos) hacia el barranco del Racó de Guera, que habrá de vadear para continuar subiendo por la ladera hasta alcanzar el siguiente valle, el del barranco Les Marrades.

En lo alto de la ladera opuesta a la que se está descendiendo se yergue el fortín de Cabrera, llamado así por el general Cabrera que los mandara construir durante la primera guerra carlista, y a los que se puede acceder por una pista que parte de la ruta principal de esta etapa. El pequeño sendero por el que se ha transitado se une a una pista forestal de buen ancho, que abandona junto a un edificio en ruinas para buscar el lecho del barranco, que se cruza un par de veces antes de que esta ruta alternativa alcance la principal, a unos 4 kilómetros de donde se separaron. Desde allí se enlaza con el camino natural, que nos lleva a Beceite. 

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