Cinco razones por las que viajar te hace madurar

Viajar es una de las grandes pasiones de la humanidad. Conocer otras culturas, probar nuevas comidas y visitar otros países está en la mente de gran parte de la población. Existen muchos tipos de viajes. Desde visitar los escenarios de Juego de Tronos hasta regresar a los lugares a los que solías ir en tu infancia, los destinos vacacionales más demandados en este 2018 son diversos. Viajar te hace madurar y ser mejor persona, especialmente cuando te trasladas hasta lugares recónditos donde la forma de vida es completamente diferente a la nuestra.

1. Abre tu mente

Descubrir que no existe una verdad absoluta, que las costumbres de tu país no son las únicas, que hay más de una filosofía de vida y que las creencias son distintas a cada paso que das te hace más tolerante. Adquieres una actitud crítica, poniendo en duda que todo lo que tenemos en Occidente sea lo mejor.

2. Te hace más flexible a los cambios

Viajar, especialmente si lo haces al estilo mochilero, puede conllevar muchos imprevistos. Estas experiencias te ayudarán a ser paciente, flexible y adaptarte a la circunstancias. Además, no siempre dispondremos de un gran colchón, comida casera caliente u otras de las comodidades a las que estamos acostumbrados; por lo que tendrás que conformarte y disfrutar con lo que te encuentres.

3. Te convierte en un ser más independiente

Seguro que en tu recorrido te topas con pequeños problemas que deberás resolver. Si viajas solo, no podrás acudir a nadie, y tendrás que apañártelas para solucionar esos baches en el camino. Esto te dará independencia y confianza en ti mismo.

4. Te desvincula de lo material

Parafraseando al novelista y periodista estadounidense John Dos Passos, “Como todas las drogas, viajar requiere un aumento contante de las dosis”. Aprenderás a llevar contigo lo verdaderamente importante, como la documentación esencial, la ropa necesaria y algún medicamento de supervivencia; así como a deshacerte de esas nimiedades que en realidad son prescindibles.  Viajar hace menos materialista y te vuelve adicto a las experiencias.

5. Aprendes de todo

Desde historia de los lugares que visites hasta el más íntimo autoconocimiento. Viajar te hace más inteligente, más interesante y te otorga la posibilidad de tener conversaciones más profundas. Podrás intercambiar experiencias con los autóctonos o con otros viajeros, descubrirte a ti mismo y conocer formas de vida ajenas a todo lo que conocías hasta entonces.

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