historia

Una novela fabula sobre un soldado desaparecido en la batalla de Singra: "Hay muchos más casos"

Un libro recrea la peripecia de un combatiente republicano que perdió la vida en 1938 sin dejar rastro.

Fortificación de la Guerra Civil en los cabezos que rodean Singra.
Fortificación de la Guerra Civil en los cabezos que rodean Singra.
Rafael Saiz

La familia de Federico Centellas, un soldado republicano de Copons (Barcelona) que tenía 26 años cuando fue reclutado por el bando republicano en la Guerra Civil, no ha sabido nada sobre su destino durante más de ochenta años. La pista de este combatiente se perdió mientras permanecía destinado en la provincia de Huesca. Su viuda tuvo muchas dificultades para rehacer su vida porque su marido no podía darse por muerto. Nadie le vio caer. Simplemente, dejó de mandar cartas y fotos a su esposa.

Sin embargo, hace dos años, la familia decidió participar en un proyecto de la Generalitat para crear un banco de ADN de descendientes de desaparecidos o muertos durante la contienda para cruzarlo con las muestras procedentes de la exhumación de fosas comunes. A raíz de aquel contacto, el Gobierno catalán trasladó a los familiares una nota que revelaba que la última vez que Centellas fue visto con vida fue el 25 de enero de 1938, cuando partió de las posiciones de la Sierra Palomar en dirección a Singra con el objetivo de cortar las líneas de comunicación de los franquistas por el corredor del Jiloca. Aquel episodio, enmarcado en la batalla de Teruel, fue protagonizado por la unidad a la que pertenecía el desaparecido, la 123 Brigada Mixta.

Por fin, los familiares sabían dónde había caído su antepasado. Los testimonios que certificaron la muerte del soldado catalán en Huesca para facilitar que su viuda pudiera casarse de nuevo resultaron ser falsos. Probablemente, solo trataban de hacer un favor a la mujer.

Casi un siglo después de la batalla de Singra en la que Federico Centellas perdió la vida, el marido de su nieta, Rafael Saiz, publica un libro que navega entre la novela y el ensayo para recrear la peripecia de Centellas durante la Guerra Civil. El volumen, titulado 'Pel camí de Singra' -que juega con las resonancias del aclamado 'Camí de Sirga' de Jesús Moncada (Mequinenza 1941-Barcelona 2005)-, se basa en una "rigurosa investigación", cuenta el autor.

Tras recibir la reveladora nota informativa de la Generalitat, Saiz visitó los escenarios en los que tuvieron lugar los combates de Singra, una planicie situada entre este pueblo y la Sierra Palomera que se convirtió en un "matadero" para los soldados republicanos, expuestos al fuego enemigo y sin posible protección. El autor investigó sobre el terreno cómo pudo morir el abuelo de su esposa, cuyo cadáver nunca fue localizado. 

Tras la batalla de Singra, vecinos de esta localidad trasladan cadáveres de soldados al cementerio.
Tras la batalla de Singra, vecinos de esta localidad trasladan cadáveres de soldados al cementerio.
Heraldo.es

No es descartable, admite Rafael Saiz, que forme parte de los numerosos cuerpos enterrados en una fosa común localizada en el cementerio de Singra en 2007 durante unas obras en el campo santo. El enterramiento colectivo solo fue excavado parcialmente porque se adentraba por debajo de filas de nichos construidos tras la Guerra Civil y era inaccesible 

La cifra de muertos en los combates por el control de Singra y del corredor del Jiloca nunca se han concretado, pero algunas estimaciones hablan de 3.000 fallecidos de los dos bandos, aunque, como señala Saiz, la peor parte se la llevaron los republicanos, que quedaron totalmente desprotegidos durante el temerario ataque. 

El autor, que se estrena en el campo literario con 'Pel camí de Singra', afirma que la evocación del título de la famosa novela de Jesús Moncada es solo una casualidad, aunque conoce la obra del mequinenzano. Ahora prepara la versión castellana del libro, que, si no hay imprevistos, se presentará en Singra el próximo mes de junio.

El novel escritor señala que, tras la publicación del libro, han contactado con él los familiares de otros desaparecidos en la guerra de 1936 a 1939 porque, concluye, "hay todavía muchos federicos de los dos bandos".

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