derrumbamiento

Un comercio renacido de los escombros de la calle de San Francisco de Teruel

El almacén de la tienda de Antonio Armunia quedó sepultado bajo los cascotes, pero nueve meses después el empresario se dispone a ampliar su negocio.

Antonio Armunia, en su nueva Degusta Teruel, cerca del almacén que tenía en la calle de San Francisco.
Antonio Armunia, en su nueva Degusta Teruel, cerca del almacén que tenía en la calle de San Francisco.
Antonio Garcia/Bykofoto

"El derrumbamiento del edificio de San Francisco fue una gran pérdida pero, para mí, también ha sido una oportunidad". Antonio Armunia es uno de los afectados por el repentino hundimiento del número 21 de la calle de San Francisco de Teruel el pasado 13 de junio, que arrasó un edificio de cinco plantas con 21 pisos. Entre los escombros, quedó también enterrado el almacén, la oficina y el punto de distribución de la tienda de ‘delicatessen’ turolenses que Armunia tiene en la calle del Salvador, a unos 50 metros de la finca hundida. Ahora se dispone a abrir un establecimiento más amplio a pocos pasos del original.

El empresario reconoce que sus perdidas son más llevaderas que las que sufrieron los vecinos, que "de un día para otro perdieron todo lo que habían construido con sudor y lágrimas". Pero explica que se quedó sin los productos acopiados para la distribución y sin los equipos que    utilizaba en el que había sido su almacén durante tres años. En total, cifra las pérdidas en 20.000 euros. De inmediato, tuvo que negociar con los proveedores una ampliación del plazo de pago, de 30 a 60 días, y llegar a acuerdos para que, en los pedidos ‘online’, fueran los propios suministradores quienes mandaran los encargos a los clientes.

"Al día siguiente del derrumbe, empecé a contactar con mis proveedores para llegar a acuerdos", recuerda. Añade que la disposición de todos sus suministradores a flexibilizar las condiciones de pago fue total desde el primer momento. Como empresarios de la provincia, eran perfectamente conocedores de la dimensión de la catástrofe ocurrida en la capital. Gracias a la colaboración recibida, pudo mantener la tienda abierta a pesar del contratiempo, al igual que las ventas por internet.

Como les ocurre a los residentes en el bloque del número 21 –y en los contiguos 19 y 23–, no ha podido cubrir sus perdidas con el seguro –el importe del género almacenado, el material de oficina y los equipos informáticos que terminaron bajo los cascotes–. Al igual que el resto de los damnificados, tendrá que esperar a que concluya la investigación sobre las causas del siniestro para determinar las responsabilidades y quién asume los cuantiosos daños.

Nueve meses después del colapso catastrófico, este emprendedor se dispone a ampliar su negocio con la apertura de un nuevo establecimiento Degusta Teruel que triplicará la superficie de venta –pasa de 15 a 40 metros cuadrados– y que incorpora un almacén en sustitución del que terminó convertido en escombros. El nuevo comercio de productos agroalimentarios turolenses de calidad abrirá sus puertas el próximo 3 de abril. La tienda anterior quedará relegada a funciones de oficina. Además, ampliará la plantilla de los dos trabajadores actuales a cuatro.

Tres meses de alquiler gratis

Para poner en marcha su nuevo negocio, ha tenido que invertir 25.000 euros. Admite, no obstante, que la propietaria del local le apoyó desde el principio y le cedió el local de forma gratuita durante los tres primeros meses para que lo utilizara como almacén sustituto del que tenía en San Francisco 21.

Antonio Armunia señala que, tras el contratiempo del derrumbe, ha intentado darle un enfoque positivo a su situación. "Las cosas malas las intento enfocar de forma favorable. Queríamos darle un cambio a la tienda, que está muy bien ubicada y tiene mucha aceptación, pero con la nueva sede vamos a ampliar nuestra oferta".

A las ‘delicatessen’ que ya ofrece, como trufa, aceite del Bajo Aragón o jamón, añadirá vinos, conserva de cerdo, charcutería y otros productos, tanto para la venta directa como ‘online’. "Queríamos ampliar nuestro catálogo y tener mayor exposición del producto, dos objetivos que conseguimos con este nuevo local, que está abierto a la calle Nueva", aclara.

El joven empresario forma parte, como el resto de afectados, de la plataforma de damnificados por el derrumbe del número 21 de la calle de San Francisco. "En mi caso he sufrido, exclusivamente, una pérdida económica, pero me recuperaré", explica. Reconoce que sus vecinos llevan peor la situación, porque se quedaron sin sus hogares y sin todas sus pertenencias. Ahora viven en viviendas facilitadas por la Administración y están a la espera de saber quién se responsabiliza del derrumbe. 

"Los veo hundidos, pero también con un punto enérgico y con ganas de luchar", señala el comerciante. Considera que el Gobierno aragonés debería implicarse mas en la busca de una solución a la crisis social generada por el hundimiento.

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