patrimonio
Misterio resuelto sobre la inscripción aparecida en el Ayuntamiento de Alcañiz
El humanista José María Maestre concluye que significa: “Busca la madre a su hijo en la calle de la amargura”.
La restauración a la que fue sometida la fachada del Ayuntamiento de Alcañiz en 2019 sacó a la luz unas inscripciones que no han podido ser interpretadas hasta este sábado, cuando su significado ha sido revelado por José María Maestre, director del Instituto de Estudios Humanísticos, entidad que ha llevado a cabo la investigación, junto a la labor de estudiosos e historiadores alcañizanos como Ignacio Micolau o Teresa Thomson.
Maestre no deja dudas. La inscripción, escrita en lengua latina, significa “Busca la madre a su hijo en la calle de la amargura” y se trata de un epígrafe único en el mundo. Es un mensaje cristiano que hace referencia al cuarto pasaje del Calvario, al cuarto dolor de la Virgen, cuando ésta va en busca de Jesús y que en la Semana Santa se representa en la procesión de El Encuentro.
Ese ha sido el motivo por el que “el misterio de las inscripciones” se ha dado a conocer a las puertas de la Semana Santa alcañizana, en un acto organizado por la Junta Suprema de la Semana Santa y el Ayuntamiento de Alcañiz, desarrollado en el Palacio Ardid.
La inscripción se data entre el siglo XVIII y principios del XIX, época en la que la procesión de “El Encuentro” tenía como escenario principal la plaza del Ayuntamiento, frente al mensaje en cuestión. Con el tiempo, la procesión del “Santo Entierro” tomó la misma plaza para su acto principal, quitando el protagonismo a la anterior.
El trabajo para hallar su significado ha sido minucioso, largo, muy complejo. Han sido consultadas numerosas fuentes y descartadas diferentes hipótesis, como, por ejemplo, que las inscripciones estuviesen relacionadas con un teatro escolar. Entre sus fuentes determinantes para la investigación se encuentran los evangelios apócrifos, la “Leyenda Áurea” sobre los siete dolores de la Virgen, los textos franciscanos de Roberto Caraccioli, los escritos del predicador franciscano aragonés Fray Antonio Arbiol o los del poeta alcañizano del siglo XVI Domingo Andrés.
La inscripción, realizada a pincel, con tonos ocres propios del óxido de hierro y un aglutinante graso, se compone de tres monogramas, cuyo sentido de lectura (de izquierda a derecha) se señala con una flecha. Su significado se ha ido desmenuzando de términos latinos, llegándose a la conclusión de que se ha usado la tipografía “Romanilla” de José Casanova.
En el primero aparecen las letras R, Q y T, además de un número 4, que aluden a la palabra “Busca” y al cuarto pasaje del Calvario.
En el segundo monograma aparecen los caracteres M, F, I y L, que hacen referencia a “madre” y a “hijo”.
El tercer monograma, con las letras V y A, indica “calle” y “amargura”.
El epígrafe completo en latín sería “REQUIRIT MATER FILIVM IN VIA AMARITVDINIS”.
Las letras y el número cuatro, se acompañan de dos palmas, que abren y cierran el mensaje. La primera lleva siete hojas aludiendo a los siete dolores de la Virgen y la última cuatro, en referencia al cuarto pasaje del Calvario. Esto, dice Maestre, cierra cualquier duda que pudiese existir sobre el significado.
Previamente a la conferencia de Maestre, el investigador de la Universidad de Zaragoza y artista plástico alcañizano Joaquín Escuder, integrante también del Instituto de Estudios Humanísticos, ha apuntado que este tipo de inscripciones son propias de la conocida como “criptografía mística”, en la que una única letra puede representar una idea y que el de Alcañiz podía concebirse como una “sopa de letras sagrada” entendida en su contexto pero incomprensible actualmente. Para Escuder, podemos entender este mensaje desde el punto de vista de que “la vida es un misterio que no se puede resolver”.
José María Maestre ha anunciado que toda esta investigación va a registrarse en un libro.
