Raquel Martín, madre de Raquel esteban 

"Mi capricho era pintar y modelar. Por eso Raquel se crió en un ambiente artístico"

La madre de la creadora de la multitudinaria fiesta medieval de las Bodas de Isabel de Teruel cosió los primeros trajes que se utilizaron en la recreación. Por eso Raquel Esteban ha elegido a su progenitora, de 91 años, para el especial '8-M Detrás de una gran mujer... hay otra gran mujer'.

Raquel Martín, en primer término, con su hija Raquel Esteban, creadora de la fiesta medieval de Las Bodas de Isabel.
Raquel Martín, en primer término, con su hija Raquel Esteban, creadora de la fiesta medieval de Las Bodas de Isabel.
Javier Escriche

“Si te hace ilusión, yo te ayudaré. Y entonces me encargué de confeccionar los primeros trajes medievales de la fiesta”. Raquel Martín Blesa le dio así el empujón definitivo a su hija, Raquel Esteban Martín, para poner en marcha en 1997 Las Bodas de Isabel de Segura, el festejo inspirado en los Amantes de Teruel que, en solo 27 años, se ha convertido en el evento más multitudinario de la ciudad, junto con La Vaquilla, y en una de sus señas identidad. La creadora y directora de la recreación amantista desde su origen hasta 2023 recibió de su madre el espaldarazo decisivo para hacer realidad un sueño que atrae cada año a 100.000 visitantes.

Raquel Martín Blesa tuvo desde niña vocación artística, pero su dedicación a la familia y a atender la consulta de podología que su marido, Mariano Esteban, tenía en Teruel le impidieron dedicarse profesionalmente a la pintura y la escultura, dos especialidades que, a pesar de las dificultades, cultivó y cultiva como 'hobby'. Admite, sin tapujos, que le hubiera encantado dedicarse a tiempo completo y como modo de vida al arte, una afición que ha heredado su hija.

Raquel Martín Blesa nació hace 91 años en Cedrillas. Su familia tenía un comercio en la localidad, pero sus gustos se inclinaban desde niña por el arte. “Desde muy pequeñita dibujaba en la pizarra del colegio al tío Pedro, que era un vecino que siempre fumaba en pipa”, recuerda la nonagenaria.

Sin embargo, nunca recibió formación para dedicarse profesionalmente al arte, una pulsión que permaneció latente hasta que, después de casarse, retomó en los escasos ratos libres que le dejaban sus cinco hijos y su trabajo como secretaria y recepcionista de su marido. “Había que atender el teléfono, la agenda y limpiar el local”, recuerda.

"Cuando terminaba con todo, me dedicaba a mis caprichos, que eran pintar y modelar"

“Cuando terminaba con todo -continúa Raquel Martín-, hacía mis caprichos, que eran pintar y modelar”. Su única incursión semiprofesional en el arte fue cuando impartió un curso de pintura en la asociación de amas de casa de Teruel. “Quedaron encantadas y querían que siguiera dando clases, pero mi marido me dijo que no podía ser”. La incipiente trayectoria profesional se interrumpió definitivamente, pero siguió inculcando a sus hijos el interés por el arte.

Raquel Esteban Martín, que intercambia piropos y gestos de complicidad con su madre, recuerda que se crio en un “ambiente artístico” en el que era frecuente ver cómo su progenitora pintaba cuadros y modelaba el barro. Toda la familia se veía sumergida en aquel entorno creativo. “Las figuras de los belenes siempre las hacíamos con arcilla”, comenta la creadora de Las Bodas de Isabel.

Raquel madre y Raquel hija intercambian miradas de complicidad.
Raquel madre y Raquel hija intercambian miradas de complicidad.
Javier Escriche

Para potenciar la vocación de su hija en torno al arte, Raquel Martín decidió mandarla a estudiar a Valencia porque allí podía cursar bellas artes, mientras que en la Universidad de Zaragoza, a al que fueron sus hermanos, no existía esta especialidad.

Ahora, la madre se muestra orgullosa de los logros de su hija. “Siempre ha sido muy decidida y, además, vale para todo”, afirma. No duda en calificar de “éxito” el gran proyecto profesional de Raquel Esteban, Las Bodas de Isabel de Segura, una fiesta declarada de interés turístico nacional que han contribuido al desarrollo de Teruel y a potenciar la ciudad como destino turismo.

Raquel Martín recuerda como empezó todo, cuando tras “un sueño”, su hija les planteó a sus padres la posibilidad de promover una fiesta de época a partir de los Amantes. “Nos dijo que lo había soñado, que podía haber una fiesta muy buena con los Amantes -relata-. Mi marido le dijo, ‘déjate estar’, pero yo le conteste, ‘si te hace ilusión, yo te ayudaré a conseguirlo’”.

La influencia sobre Raquel Esteban abarca la vertiente profesional, pero también la personal. La 'inventora' de la recreación de Los Amantes destaca el talante libre e independiente de su madre. “Jamás la he visto hablar mal de a nadie. Ha vivido su vida y ha dejado de lado la crítica a los demás”, explica la exgerente de la Fundación Bodas de Isabel. "Es la persona más inteligente que conozco, no solo en el sentido intelectual sino también en el emocional", remacha.

"Jamás he visto a mi madre hablar mal de nadie" 

Añade que, como buena madre, Raquel Martín ha sido también una “acompañante” para afrontar los malos momentos, pero siempre “ha respetado el camino que cada uno ha querido seguir”.

Con 91 años, Raquel Martín dispone ahora, jubilada y sin cargas familiares, de todo el tiempo para pintar y modelar. El pasado mes de agosto pudo mostrar a sus paisanos de Cedrillas el fruto de su trabajo en la retrospectiva ‘La flor de la sierra’. Hijos, niegos y biznietos se encargaron de la organización. Entre ellos, Raquel Esteban.

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