geología

El nuevo hospital de Teruel, a prueba de terremotos

Las obras, que entran en la recta final, han tenido en cuenta el riesgo sísmico derivado de la presencia de una falla que recorre el solar.

El consejero de Sanidad, José Luis Bancalero, durante su visita a las obras del nuevo hospital.
El consejero de Sanidad, José Luis Bancalero, durante su visita a las obras del nuevo hospital.
Antonio Garcia/Bykofoto

Las obras del nuevo hospital Obispo Polanco, que encaran la recta final, han tenido en cuenta el riesgo sísmico del solar donde se llevan a cabo, en el Planizar. Cuando, en 2013, el Gobierno aragonés planificaba ya la colocación de la primera piedra del establecimiento sanitario, las informaciones sobre el peligro de terremotos en la zona derivado de la presencia de la falla de Teruel abortaron el inicio de las obras y pusieron en marcha un complicado proceso de adaptación del proyecto a la sismicidad de los terrenos. 

La alerta sobre la presencia de una falla geológica que podía desatar un terremoto destructivo a largo plazo partió de las investigaciones del geólogo José Luis Simón, experto en la sismicidad de Teruel y su entorno. Simón advirtió de que por el entorno del Planizar discurre una falla con actividad sísmica relativamente reciente -entre 90.000 y 15.000 años- y que podía reactivarse en un plazo de entre 4.000 y 8.000 años. De hecho, la ciudad de Teruel ha sufrido varios pequeños terremotos en las últimas décadas, el más intenso de los cuales alcanzó en 2006 los 4,3 grados en la escala de Richter y fue apreciado por la población. 

El aplazamiento de la construcción cuando la obra había sido ya adjudicada a Acciona desató una tormenta política con críticas al Gobierno de Aragón ante la sospecha de que utilizará la excusa sísmica para no ejecutar una importante inversión en la ciudad. 

Sin embargo, el Instituto Geológico y Minero confirmó en un informe emitido tras un exhaustivo trabajo de campo la presencia de la amenazadora falla y el peligro de que desatara un seísmo importante en el futuro.

El Gobierno aragonés ordenó rehacer el proyecto para que el hospital fuera resistente a los terremotos. El nuevo proyecto fue adjudicado de nuevo en 2018. Sin embargo, la empresa inicialmente contratada para ejecutar las obras, Acciona, consiguió a través de la vía judicial una indemnización de tres millones de euros por la anulación de su adjudicación por los motivos sísmicos. 

Las obras para ejecutar el proyecto sismorresistente empezaron finalmente en 2019 con una adjudicación de los trabajos en distintos lotes y con un coste final de 94 millones.

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