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Malestar entre los agricultores de Cutanda por el retraso de 15 años en la concentración parcelaria

Denuncian que la excesiva fragmentación de los campos les obliga aumenta los costes y solicitan una reunión con el consejero de Agricultura de la DGA.

Un agricultor labra uno de los campos de Cutanda incluidos en la concentración parcelaria.
Un agricultor labra uno de los campos de Cutanda incluidos en la concentración parcelaria.
Heraldo.es

Los agricultores de Cutanda quieren reunirse con el consejero de Agricultura del Gobierno aragonés, Ángel Samper, para expresarle su malestar por la demora que arrastra el proceso de concentración parcelaria en esta pedanía de Calamocha, solicitado hace ya 15 años. Explican que en aquel momento ya presentaron a la DGA las firmas del 80% de los propietarios –una treintena de personas– mostrándose a favor de la agrupación de fincas, sin que hasta ahora se haya realizado ninguna actuación.

Asterio Abad, uno de los agricultores afectados, destaca que son muchos los problemas que se encuentra a diario en su trabajo por no haberse realizado una concentración parcelaria. "Tengo 90 hectáreas repartidas en 130 campos", explica. "Las parcelas son tan pequeñas que me obligan a hacer muchas maniobras con el tractor y acabo labrándolas dos y tres veces; hay muchas orillas y muchas hierba y no llegan a todos los rincones los herbicidas ni los abonos", lamenta Abad.

Otro agricultor, Ángel Bernad, relata que tiene unas 560 parcelas, el 70% de ellas de menos de una hectárea. "La mitad del abono cae al campo de otro propietario al ser la superficie tan reducida", se queja. "En algunas fincas, solo con entrar y salir con el tractor ya las tengo labradas", explica.

Los agricultores solicitaron en su día remodelar toda la superficie agrícola de Cutanda, unas 4.000 hectáreas, ahora divididas en unas 12.000 parcelas. "Está todo parado y es una pena, porque la concentración es interesante al 100%", afirma Asterio Abad.

El proceso de agrupación de fincas llevaría aparejada la apertura de una red de caminos que facilitaría el acceso a los campos. Ahora, algunas vías agrícolas son tan estrechas que por ellas no puede circular una cosechadora. En otros casos, la falta de caminos obliga a los propietarios a pisar el sembrado de otros agricultores para llegar hasta su finca. También se actualizarían las escrituras públicas. Ahora, según explica Bernad, hay fincas cuyos titulares llevan 50 años fallecidos.

A los agricultores de Cutanda les preocupa también la creciente burocracia a la que tienen que hacer frente, tanto para acceder a las ayudas de la PAC (Política Agraria Común), como a la contratación de un seguro. "No es lo mismo anotar en el Cuaderno de Campo las actividades que has hecho en el día en una sola finca que en 30", subraya Ángel Bernad.

Bernad, de 39 años y con un hijo pequeño, dice estar arrepentido de haber dejado su trabajo en una empresa de electricidad en Zaragoza para volver a la agricultura en Cutanda, su pueblo natal. "Desde pequeño, me gustó el campo, pero ahora veo que aquí no cunde la faena y que son muchas horas de trabajo para lograr un beneficio muy escaso".

Explica que las tierras de Cutanda son buenas y productivas, especialmente para el cereal, "pero las ganancias se van en arreglar las averías que sufren los aperos del tractor para labrar en unos campos que están llenos de ribazos".

Desde el Departamento de Agricultura del Gobierno aragonés señalan que están abiertos a recibir a los agricultores para que estos expongan su problema y, todos juntos, puedan ver "las opciones de solución".

También los agricultores de Cella, Bronchales y El Poyo han criticado la tardanza en culminar sus respectivas concentraciones parcelarias.

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