patrimonio

Teruel Existe propone aprovechar el antiguo aeródromo de Calamocha como reclamo turístico

Destaca el potencial de esta instalación por su papel durante la Guerra Civil y como referente de bajas temperaturas.

Los tres concejales de Teruel Existe muestran un cartel del proyecto en torno al antiguo aeródromo.
Los tres concejales de Teruel Existe muestran un cartel del proyecto en torno al antiguo aeródromo.
Heraldo.es

El grupo municipal de Teruel Existe en Calamocha presenta al Ayuntamiento una propuesta con la que quieren poner en valor el antiguo aeródromo de la localidad y generar un nuevo recurso que complete la oferta turística y patrimonial. Aseguran que se trata de empezar con un proyecto inicial, “poner una semilla y luego desarrollar mucho más porque el potencial que tiene es muy amplio e interesante”.

Para ello plantean generar un espacio de interpretación permanente y de recepción de visitantes que exponga y difunda la relevancia del aeródromo de Calamocha que fue un punto relevante en la Guerra Civil en la zona del Jiloca y también un referente en la medición de temperaturas y otras variables climatológicas. 

“Queremos que la historia del aeródromo entre a formar parte de la ruta de las trincheras y vestigios de la Guerra Civil en el Jiloca, también queremos ampliar y complementar la oferta turística y de interés de Calamocha, y por último, pretendemos ahondar en la investigación, dar a conocer entre la población local y comarcal nuestro patrimonio e historia y difundir más allá de estos límites el papel que jugó este aeródromo en la Guerra Civil, así como en la documentación histórica de temperaturas y otros datos meteorológicos, y su función en otros momentos”, han explicado los concejales de Calamocha Antonio Abad y Nieves Sánchez en rueda de prensa esta mañana.

Antonio Abad, portavoz del grupo municipal, ha incidido en que “el aeródromo está ligado por muchos motivos a la vida de Calamocha y merece nuestra atención, más investigación y favorecer su difusión y sobre todo, tiene un grandísimo potencial para ser un recurso atractivo y de gran interés, que puede sumarse a los que ya ofrece la localidad al visitante.

La ubicación elegida sería la planta superior del Museo del Jamón, infraestructura que actualmente está abierta al público y que en la parte más alta con un espacio diáfano para exposiciones temporales “que sería adecuado y no requeriría apenas adaptación, tan sólo generar el proyecto museístico y llevarlo a cabo”. La gestión podría llevarse a cabo en conjunto, ampliando la oferta que ya existe de los espacios que albergan todo lo referente al jamón y la vida cotidiana en Calamocha y que actualmente es posible visitar.

Para Calamocha, tener en su municipio un aeródromo militar que ocupó el bando franquista hizo que la contienda tuviera unas características diferentes para este municipio, por la peculiaridad de albergar tropas extranjeras, que mantuvieron relación con los vecinos, y por convertirse así también en un objetivo militar de interés.

Sin embargo, han asegurado en la rueda de prensa los concejales de Teruel Existe “que la relevancia de este aeródromo y toda la documentación y referencias que de él quedan, o al menos las que se conoce no han sido lo suficientemente valoradas hasta la fecha, como un elemento más del patrimonio histórico de este municipio, que merece ser puesto en valor y darse a conocer”.

Por otra parte, han trasladado que el aeródromo fue mucho más que un punto militar, porque en sus edificios se albergaba una estación meteorológica que fue testigo del famoso frío de esta zona, y cuyos datos eran imprescindibles para los aviones que sobrevolaron esta comarca durante años. Afirman que son también muchos y variados los datos que se pueden documentar sobre las referencias de Calamocha en cuanto al tiempo, por la información que allí se recogió. “Es más, podemos conocer en detalle todos los aparatos que tenían, y su influencia, por alguna entrevista en la prensa de hace años por ejemplo”, ha detallado Nieves Sánchez.

Abad ha afirmado que es un buen momento para plantear esta propuesta puesto que la Comarca del Jiloca está potenciando distintos recursos de vestigios de la Guerra Civil, fundamentalmente trincheras, que se han recuperado y se han incluido en una ruta que permite ofrecer un recurso más para visitar la comarca. Valoran que un recurso turístico basado en el aeródromo de Calamocha generaría sinergias con todos estos referentes patrimoniales y permitiría generar al visitante una visión más atractiva y amplia del desarrollo de la guerra por estas tierras.

Teruel Existe plantea que el centro de Calamocha puede ser enlace para los visitantes que busquen este destino, desde el que no sólo dar a conocer el patrimonio bélico de Calamocha y sus barrios, sino toda la ruta que ha generado la entidad comarcal, indicando los destinos de interés que puede encontrar el visitante en diversas poblaciones del Jiloca. Hasta el momento, y pese a la relevancia que recientemente se ha otorgado desde distintas instituciones a la recuperación y el impulso de estructuras de la contienda, con presupuestos para recuperar la historia y el patrimonio, así como generar itinerarios de interés para el visitante, “lejos de ponerse en valor, el aeródromo de Calamocha ha pasado desapercibido”

Además, han recordado que recientemente se ha celebrado el 60 aniversario de las temperaturas más bajas registradas en una zona habitada. Las bajas temperaturas de la zona son recogidas también en algunas de los escritos que se conservan en torno al aeródromo y fueron decisivas en el desarrollo de la contienda. Sánchez ha hecho referencia a lecturas que explican cómo tenían que mantener las hélices de los aviones en marcha por las noches para que el frío no las congelara (*Extracto de “La Guerra Civil en el aire: alemanes, soviéticos e italianos en los cielos”, Michael Alpert)

“Actualmente se están llevando a término los trabajos para construir un polígono industrial en el Campo de Aviación, presentando oportunidades de futuro en un objetivo largamente perseguido pero que también ha tenido un pasado que merece la pena valorar y rescatar de la memoria”, ha aclarado Abad, “la presentación de los presupuestos municipales está cercana y esta puede ser una buena propuesta que recoger y desarrollar”. Por eso van a presentar su propuesta en el consistorio.

Desde Teruel Existe piden al equipo de gobierno comenzar con esta actuación que consideran sencilla, porque el espacio que se aprovecharía sería la última planta del edificio del museo del jamón ya abierto en la localidad, por lo que se garantiza su apertura al público. Es un espacio destinado a exposiciones, que cuenta con las características necesarias. En cualquier caso, la exposición y centro puede crecer en la gran explanada del museo y, de cara al futuro incluso, se puede valorar adquirir las antiguas instalaciones del aeródromo que quedan en pie, adquiridas en una subasta por un particular. “Este proyecto tiene un grandísimo potencial, y todo el recorrido que Calamocha le quiera dar”.

También creen que sería muy interesante desarrollar una beca de investigación con la que recoger toda la documentación existente, catalogarla, preservarla y difundirla. Por último, destacan la labor que debe realizarse con las personas que viven todavía en la localidad y pueden contar cómo era la relación con los soldados que visitaban Calamocha, en gran parte alemanes e italianos, e incluso de recuperar algunos de los objetos que hay personas que guardan de aquellos tiempos.

Llegan los Stukas de la Legión Cóndor

Entre la documentación destacada sobre el aeródromo, han relatado las palabras que recoge el proyecto el Baúl de la memoria: “Los técnicos alemanes fueron los primeros en llegar a finales del año 1936, para poner en marcha los aeródromos y organizar la fuerza aérea”. Se tiene constancia de tropas alemanas “en Odón, Bello y Calamocha, debido a que en estas dos últimas localidades había campos de aviación que serían utilizados por la Legión Cóndor (fuerzas aéreas y de artillería enviadas por Adolf Hitler en ayuda a Franco). En Calamocha dormían en un vagón de tren, cerca del aeródromo, aunque algunos oficiales pudieron alejarse en casas particulares, como lo atestigua la existencia de viejos grafitis.”

Y continúa: “El más importante de estos aeródromos era el de Calamocha. Inaugurado en 1929, fue habilitado desde el inicio de la guerra por el bando sublevado como base de operaciones en una zona de frente bastante inactiva hasta mediados de 1937. Es a final de este año cuando el aeródromo de Calamocha cobra importancia, coincidiendo con el fin de la Campaña del Norte y el inicio de la ofensiva republicana sobre Teruel. 

En un principio albergaba varias escuadrillas de la aviación española, pero en diciembre de 1937 llega a sus instalaciones la Legión Cóndor, procedente de Vitoria, quedando destinadas en este campo parte de las escuadras de caza (Jardgruppe J/88) y bombardeo (Kampfgruppe K/88), dirigidas por pilotos como Adolf Galland o Werner Möllders, futuros ases de la aviación alemana en la II Guerra Mundial, y, sobre todo, los novísimos bombarderos Junkers-87 Stuka, que ponen en práctica las nuevas técnicas de bombardeo en picado”.

Acerca de los aviones alemanes que se desplazaron en Calamocha surge una de las anécdotas más curiosas que han relatado en la rueda de prensa es que los Junkers Ju 87/A de la legión Cóndor, más conocidos como Stuka debieron cambiar su emblema, que inicialmente era un bombín atravesado por un paraguas, y en su lugar se colocó la imagen de una cerda, cuya referencia se asocia a una conocida película alemana donde aparecía este animal, llamada Jolanthe (Yolanda). “Es casi paradójico que los aviones que formaron esta patrulla y se ubicaron en el aeródromo de Calamocha durante un tiempo estuvieran identificados precisamente por el porcino, y también que hoy estemos proponiendo incluso una maqueta de este avión en el Museo del Jamón de Calamocha”, han transmitido. “No es una inocentada, es cierto y aunque parezca difícil creerlo, es una maravilla que nos permite enlazar aún más todo este proyecto”.

Por último, han recordado que los restos mortales del coronel Rey D’Harcourt, el militar que entregó Teruel a los republicanos y fue fusilado junto al Obispo Polanco, así como repudiado por el propio Franco, que no le perdonó que rindiera la ciudad, se encuentran en el cementerio de Calamocha, lo cual supone un dato más a tener en cuenta.

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