La previsión de cosecha de olivas es óptima en la comarca del Matarraña, una estimación que contrasta con los pobres resultados que se prevén en el resto de la Comunidad, con una producción que podría quedarse en la mitad de una campaña media. Las lluvias del pasado septiembre terminaron de redondear unas previsiones que oscilan entre el 85% y el 100% del máximo del potencial productivo. Cuando el fruto está todavía en fase de crecimiento, las ramas de los olivos ya se doblan bajo el peso de las aceitunas verdes.

La meteorología favorable, con lluvias en junio y septiembre, el buen estado sanitario de las plantaciones y la propensión del olivo a la vecería –un año de buena cosecha sigue a otro de mala producción, como 2022– han disparado las previsiones de la próxima campaña, que arrancará, previsiblemente, a finales de este mismo mes. La humedad del suelo y las altas temperaturas favorecen el crecimiento de las aceitunas a corto plazo así como el incremento de su contenido en aceite. La producción comarcal podría alcanzar, si no hay imprevistos, las 10.000 toneladas de olivas.

Mientras las estimaciones son muy optimistas en el Matarraña, la previsión disminuye en el resto de la Denominación de Origen de Aceite del Bajo Aragón, donde se prevé alcanzar en torno al 60% del potencial productivo. En el conjunto aragonés, la proyección es todavía peor, con    un 50% de una campaña media.

Según indica el gerente de la Cooperativa Matarraña de Calaceite, Joaquín Riva, la estimación en la comarca del Matarraña ronda la producción máxima posible del olivar actual. Riba señala que las lluvias del pasado septiembre ayudaron "mucho" a la excelente previsión. Añade que el olivar comarcal también soportó mejor las altas temperaturas del pasado verano que otras zonas de la Denominación de Origen.

El presidente de la Denominación de Origen y agricultor de Mazaleón –en el Matarraña–, Alfredo Caldú, corrobora la previsión de una cosecha "muy buena" en la comarca. Prevé que, si sigue el buen tiempo, el fruto siga creciendo y mejore su rendimiento en aceite. Caldú, que cifra la producción en el 85% del máximo posible, advierte de que este incremento de la producción aceitera no influirá en los precios del producto final en el mercado, porque el volumen comarcal es una parte insignificante del total estatal, que no presenta buenas expectativas para 2023.

El secretario de la Denominación de Origen, Juan Baseda, señala que el Matarraña ha recibido más lluvias que el resto de las comarcas aceiteras aragonesas, donde el secano tendrá rendimientos muy bajos. El regadío, con el agua asegurada, presenta mejores expectativas, pero supone una pequeña parte del olivar. "El Matarraña es la zona productora de aceite del Bajo Aragón donde va a haber mejor cosecha", concluye.