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Los afectados por el derrumbe de Teruel agradecen el apoyo: "Hemos sentido el calor de los vecinos, una ciudad arropándonos"

Trescientas personas se han congregado junto a las ruinas del edificio para participar en el emotivo acto y mostrar su solidaridad 

Javier Carbó, portavoz de los vecinos afectados por el derrumbe, lee el comunicado junto a los escombros del edificio, donde también se encuentran algunos de los damnificados, que no han podido reprimir las lágrimas.
Javier Carbó, portavoz de los vecinos afectados por el derrumbe, lee el comunicado junto a los escombros del edificio, donde también se encuentran algunos de los damnificados, que no han podido reprimir las lágrimas.
Antonio García/Bykofoto

Las 21 familias que el pasado 13 de junio se quedaron sin casa al hundirse un edificio de cinco plantas en la calle San Francisco de Teruel han querido agradecer el apoyo que particulares, asociaciones e instituciones de la ciudad y municipios cercanos les han brindado durante estos tres meses tan duros.

En un emotivo acto celebrado junto a las ruinas del inmueble y ante unas 300 personas que han acudido al lugar para mostrar su solidaridad con los afectados, estos últimos han leído un comunicado en el que han reconocido el valor de la ayuda material y del aliento recibidos para poder seguir adelante “tras un suceso que marcará nuestras vidas para siempre, vidas a las que ahora les espera un largo camino por recorrer y recomponer”.

“En estos tres meses hemos sentido el calor de los vecinos y cómo personas con las que nunca habíamos hablado nos ofrecían todo lo que estaba a su alcance”, ha dicho el portavoz de los desalojados, Javier Carbó. “Ha sido una ciudad arropándonos, volcada con nosotros”, ha subrayado.

"Humi, nuestra heroína"

En el comunicado han mencionado a la Federación de Vecinos, al Colegio de Arquitectos, a las peñas vaquilleras, a los comerciantes a las comisiones de fiestas, clubes deportivos, entidades financieras y muchas otras organizaciones que recaudaron dinero o les dieron asesoramiento. También han agradecido su labor a bomberos y policías, a la Diputación de Teruel, que ha prestado viviendas para realojar a algunos de los afectados, y al Ayuntamiento, a quien han pedido “que siga trabajando y nos proporcione toda la información que necesitamos”. Ha habido unas palabras especiales para Humildad Martínez, ‘Humi’, presidenta de la comunidad de la finca siniestrada, quien junto con otros dos vecinos fue piso por piso sacando a sus inquilinos a la calle momentos antes de que el edificio colapsara, lo que evitó daños personales. “Es nuestra heroína”, ha dicho Carbó.

Los afectados, que portaban carteles con el mensaje “gracias por tu solidaridad” y un gran corazón dibujado, han demostrado su unión juntando sus manos durante la lectura del manifiesto. El acto ha conmovido a los participantes, muchos de los cuales no han podido reprimir las lágrimas al oír las palabras que pronunciaba el portavoz de todos ellos.

Desde los balcones de las casas próximas, algunos vecinos de la calle San Francisco han querido transmitir fuerzas a los damnificados. “Estáis vivos y eso es lo más importante”, ha gritado una mujer. Otra residente ha reclamado a voces “ayuda de las Administraciones” para todos los que perdieron su casa.

Muchos de los afectados no ocultaban su abatimiento y tristeza por la situación que les toca vivir. Algunos empezaban ahora a pagar la hipoteca del piso y otros acababan de liquidarla. En los últimos días cada uno de los vecinos ha recibido una notificación del Ayuntamiento en la que se les comunica la obligación que tienen de ejecutar el desescombro y que si no lo hacen ellos lo hará el Ayuntamiento, pero repercutiendo las cantidades que procedan a los propietarios de las viviendas.

"Esto nos va a llevar a la ruina de por vida"

Aunque el Ayuntamiento se ha comprometido verbalmente a adelantar el dinero del desescombro-más de un millón de euros-, a hacerse cargo de los trabajos y a pasar la factura finalmente a quien resulte responsable del hundimiento, los afectados muestran su temor a que sean ellos los que deban asumir el coste.

“Si no logramos saber la causa del derrumbe, ¿quién será el que pague?”, alertó Javier Carbó, quien afirmó que el miedo y la incertidumbre se han instalado entre los afectados. 

“Lo hemos perdido todo y si, encima, ahora tenemos que pagar...”, lamentaba una vecina, Olga Torrijo. Otra propietaria, Teresa Pellón, expresó su preocupación porque sus hijos tengan que asumir las cargas económicas derivadas del hundimiento. “Esto nos va a llevar a la ruina de por vida. Tengo 70 años y temo que no pueda solucionarlo y el problema pase a mis herederos”, dijo la mujer.

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