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Pepe Polo repasa 50 años de sindicalismo en Teruel: "En la Transición hubo demasiado sectarismo"

El veterano sindicalista rememora medio siglo de militancia en CC. OO. y en movimientos sociopolíticos que le ha llevado del MCE a Teruel Existe.

Pepe Polo, en el Viaducto de Fernando Hué de Teruel
Pepe Polo, en el Viaducto de Fernando Hué de Teruel
Antonio Garcia/Bykofoto

Pepe Polo, el veterano sindicalista de CC. OO., repasa sus 50 años de militancia sindical, 11 de ellos como secretario general de la provincia de Teruel. Rememora también su evolución desde la izquierda radical hasta Teruel Existe, actual socio del PP en distintas instituciones.

Acaba de cumplir 50 años de militancia ininterrumpida en CC. OO. ¿Qué balance hace?

Han sido 50 años de militancia sociopolítica. Cuando entré a militar en CC. OO. en 1973, entrabas en contacto con una sopa de letras de organizaciones sociales de izquierdas. Yo me relacioné con ese mundo a través en la Juventud Obrera Católica (JOC), cuando estaba en el Seminario de Casablanca de Zaragoza.

¿Quiénes estaban en esa sopa de letras?

Las asociaciones de cabezas de familia, que son las actuales asociaciones vecinales; Comisiones Campesinas, que fue el embrión de la UAGA; la Plataforma de Organizaciones Democráticas o Platajunta, el Movimiento Comunista de España (MCE)...

¿Por qué decidió entrar en CC. OO.?

Procedo del mundo cristiano derivado del Concilio Vaticano II, cuando hubo un acercamiento de un sector de la Iglesia al campo obrero. Eso me hizo contactar a través de los curas obreros con el tejido asociativo reivindicativo de las fábricas, que hacía muchas de sus reuniones en la sacristías, y con el movimiento vecinal. En aquellos tiempos existían las comisiones de obreros, que se transformaron en las actuales Comisiones Obreras, y en las que también entré.

¿Aprueba la evolución del sindicato en ese medio siglo de militancia?

La evolución estuvo mediatizada por la Transición. Si echo la vista atrás, cambiaría muchas cosas. Por ejemplo, el sectarismo que dio origen a aquella sopa de siglas en la izquierda del PSOE: ORT, MCE, LCR, PTE…

¿Reniega de esa etapa?

No. No tuvimos posibilidades de cambiar el rumbo del país.

¿Y del fruto de 50 años de sindicalismo?

No, tampoco. Me hubiera gustado otro sindicalismo, pero no reniego de lo que hay. Hemos llegado aquí. Punto.

¿Cuántos de esos 50 años fueron como secretario general de CC. OO. en Teruel?

Fueron 11 años. Dejé la secretaria general para ser candidato de CHA al Ayuntamiento de Teruel en 2003. Previamente, fui secretario general del sindicato de Enseñanza de CC. OO. Siempre he estado en la órbita del sindicato.

En su trayectoria como secretario general predominó la paz social en la provincia, que ha continuado después. ¿A qué se debe?

Hay que hablar de dos terueles. El grado de conflictividad del Bajo Aragón y las cuencas mineras siempre ha sido más alto que en la zona de la capital, donde no ha habido tradición de grandes empresas, que generan los sectores más reivindicativos. El factor minero fue determinante en la conflictividad social la mitad norte de la provincia.

¿La paz social ha dado frutos?

No. Teruel tiene un grado de conflictividad bajo, pero debería tenerlo más alto. Luchar por mejores salarios y condiciones laborales comporta avances sociales. La paz social se vende como factor de atracción de inversiones, pero es negativa para el obrero.

¿Cómo, con su trayectoria desde la izquierda radical pasando por CHA y Podemos, termina en la cúpula de Teruel Existe (TE), un partido descafeinado ideológicamente?

Cuando estaba en el MCE quería movilizar a la sociedad civil hacía un objetivo, la lucha por las libertades. Pasé a CHA porque era un revulsivo desde el que se podía transformar la sociedad y luego a Podemos porque era una nueva forma de hacer política desde la ciudadanía. Teruel Existe también es una herramienta para transformar la provincia. Permite entroncar con los movimientos sociales y es una palanca de transformación. Mi hilo conductor ha sido siempre la ilusión por mejorar la vida de la gente.

¿Pero el vaivén ideológico no le marea?

El MCE era una herramienta para trabajar en los movimientos sociales y ahora eso mismo me lo permite TE, trabajar con el movimiento asociativo para transformar la provincia.

¿Un excomunista como usted está cómodo con los pactos con el PP?

Para el progreso de la provincia hace falta también el PP, gente conservadora capaz de colaborar con posiciones ideológicas distintas para transformar la provincia. El límite es Vox, por lo que supone de involución. Si hubiéramos pactado con el PP la abstención para que Vox no entrara en el Gobierno de Aragon, hubiera sido la solución menos mala. No me supone un trauma que TE pacte con el PP si lo pactado mejora la sociedad.

Actualmente, preside la Federación de Asociaciones de Vecinos de Teruel. ¿Es la última estación de su trayectoria sociopolítica?

Actúo en función de las necesidades de cada momento. Si es o no mi última estación, dependerá de las circunstancias. Llevó camino de ocho años en la presidencia de la Federación y no estaré mucho más. ¿Quién sabe lo que pasará en el futuro? 

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