El derrumbe de un balcón prolonga el desalojo de 28 personas en Alcañiz
La totalidad de la cosecha de melocotón de las pedanías de Valmuel y Puigmoreno se da por perdida tras la lluvia torrencial de este jueves.
El Ayuntamiento de Alcañiz ha decidido mantener el desalojo de trece familias -28 personas- que viven en dos edificios contiguos de la Ronda de Belchite después de que un balcón de uno de los inmuebles se derrumbara este viernes tras las lluvias torrenciales que registró la ciudad la tarde del pasado jueves, con casi 60 litros por metro cuadrado de los que prácticamente la mitad cayeron en cuestión de diez minutos. Los afectados abandonaron sus casas pocas horas después de la tormenta al aparecer grietas en las paredes y ahora su regreso depende de los resultados que arroje un informe que elaboran los técnicos municipales. Cinco personas pernoctan en un hotel de la ciudad con ayuda del Consistorio y el resto disponen de alternativa habitacional.
La tromba de agua en Alcañiz castigó duramente las zonas agrícolas de las pedanías de Valmuel y Puigmoreno, donde dan por perdido el 100% de la cosecha de melocotón. El alcalde, Miguel Ángel Estevan, expresó ayer su temor a que las precipitaciones, que fueron acompañadas de abundante granizo de gran tamaño, hayan dañado incluso los árboles, agravando las consecuencias de la tormenta.
En Albalate del Arzobispo, la alcaldesa, Celia Trullén, califica de “desastrosa” la situación en que ha quedado el municipio tras el paso de la tormenta, con un centenar de vehículos destrozados por el pedrisco y todos los tejados de las casas dañados. Tanto es así que agentes de diversas compañías de seguros se desplazaron ayer por la mañana a la localidad para atender a sus clientes y dar respuesta a sus necesidades. “Si vuelve a llover estos días lo vamos a pasar fatal, porque en muchas casas habrá goteras”, alertó la regidora. Trullén lamentó que el pedrisco, del tamaño de huevos de gallina, ha estropeado la cosecha de melocotón, cerezas y almendras. “Todo un año trabajando para que luego, en solo 20 minutos, se vaya todo al traste”, afirmó la alcaldesa.
En Urrea de Gaén, la tromba de agua llenó de barro las calles, las piscinas municipales y el campo de fútbol, a pesar de que la localidad se sitúa en la ladera de una montaña y todas las vías urbanas están en pendiente. “La gente mayor dice que jamás había visto una tormenta semejante”, explicó ayer la alcaldesa de esta localidad, Silvia Blasco. La lluvia destrozó los caminos rurales, derribó un muro de bloques de hormigón en el campo de fútbol y estropeó la cosecha de melocotón y de hortalizas.
