Las familias afectadas por el cierre del centro de día para mayores que Cruz Roja gestiona en la capital turolense, previsto para el próximo 31 de diciembre, se concentraron este viernes a las puertas del edificio para mostrar su indignación por la medida y reclamar una solución. Usuarios y acompañantes destacaron la “excelente” calidad del servicio y advirtieron de que la ciudad no va sobrada de plazas asistenciales para mayores que permitan un desahogo a sus familias.

Ernesto Romeo, portavoz de los manifestantes, achacó a Cruz Roja falta de información. “Deberían habernos avisado antes, para tener tiempo de buscar una alternativa”, dijo. Mientras la organización humanitaria alega insostenibilidad económica como causa del cierre, las familias defienden que “el centro es viable y todavía lo sería más si estuviera abierto los fines de semana”. La cuota está fijada en 575 euros por persona al mes.

Rebaten también a Cruz Roja que el índice de ocupación sea bajo. Las familias subrayan que los 24 usuarios suponen un 75% de las 33 plazas con que fue creado el centro. Cuestión distinta, sostienen, es que la entidad humanitaria estime que hay capacidad para 40 mayores, lo que reduce el nivel a un 60% en base a una ampliación “que nunca se nos comunicó”. “No sabemos dónde está el problema ni a qué se debe el cierre”, subrayó Romeo.

Los manifestantes anunciaron que continuarán la movilización hasta conseguir resolver el problema. “No nos rendiremos, iremos hasta el final porque Teruel no puede perder este centro; sería imperdonable”, afirmó otra portavoz, Olga Cuenca, cuya madre es usuaria del servicio. Otra de las personas afectadas, Primitiva Alpuente, pidió a Cruz Roja que recorte partidas destinadas a otras iniciativas antes que cerrar el centro de día de mayores.

Los rostros de los participantes en la protesta reflejaban una gran preocupación ante la previsión de un cierre inminente. María Asunción Porquera, que desde hace seis años lleva a su padre al centro de día, destacó que su progenitor, de 95 años, “necesita” acudir allí a diario. “Hace ejercicios de gimnasia y muchos trabajos manuales y está contento, lo echa en falta cuando no puede venir”, explicó.

Una usuaria, Catalina Guis, aseguró que ha vuelto a caminar tras la última caída que sufrió gracias a las atenciones del personal del centro de día de Cruz Roja. “La terapia ha sido esencial, tanto en lo físico como en lo emocional”, afirmó. La mujer agregó que el servicio le da la oportunidad de socializar. Su hija, Encarnación Sancho, calificó de “vergonzoso” que el centro pueda llegar a cerrar.

El presidente de Cruz Roja en Teruel, Antonio Soler, incidió en que el único motivo que aboca al centro a un cierre es el económico, debido a la escasa demanda de usuarios y a la progresiva disminución de ayudas del Gobierno de Aragón. Destacó que, no obstante, hará lo que esté en su mano para evitar la clausura y que, en este sentido, ha contactado con el Ayuntamiento de Teruel para estudiar la posibilidad de que los mayores en lista de espera en el centro de día municipal sean derivados al de Cruz Roja.

Desde el Gobierno aragonés reiteraron su “implicación económica” en el centro de día y su disposición a valorar la situación de los usuarios y sus necesidades de atención en caso de cierre.