Teruel

Cinco municipios piden reactivar la elevación de agua del Ebro a Andorra tras 10 años parada

El Gobierno central no ejecuta la segunda fase, pese a que el proyecto es vital para la llegada de industrias

La estación de bombeo de Val de Arcos, de la Elevación de Aguas en Andorra, está abandonada.
La estación de bombeo de Val de Arcos, de la Elevación de Aguas en Andorra, está abandonada.
Laura Castel

Una década después de que se invirtieran 26 millones de euros públicos en la Elevación de Aguas del Ebro a Andorra, nada se sabe de la continuidad de este proyecto y tampoco se reivindica desde Aragón. Su primera fase se concluyó en 2012 con un gasto a cargo de fondos mineros y queda aún la segunda y última parte del plan, presupuestado entonces en 22 millones de euros con un plazo de ejecución de 18 meses, un programa que ha quedado paralizado por falta de financiación estatal.

La elevación del agua del río Ebro en Escatrón por una tubería hasta la Val de Arcos, en la Villa Minera, se ideó como un proyecto esencial que aseguraría el suministro de agua de boca, agroalimentario e industrial para los pueblos mineros, en un momento en el que ya se sabía que la central térmica andorrana tenía fecha de caducidad y que iba a liberar 18 hectómetros, más del triple que la que prevé el proyecto.

Sin embargo, diez años después la obra está olvidada en un cajón de la administración estatal, que no la ejecuta, pero también en el de los cinco municipios que se beneficiarían de ella: Andorra, Albalate del Arzobispo, Ariño, Alloza y Alcorisa. De hecho, la Mancomunidad que conforman no tiene actividad y en la actual legislatura no se ha constituido una nueva junta pese a que el último presidente, el exalcalde de Albalate del Arzobispo Antonio del Río, llamó y mandó a los consistorios varias comunicaciones insistiendo en la necesidad de renovar cargos.

La Mancomunidad no remite actas de su actividad a la DGA como le corresponde desde octubre de 2010. Esta inactividad ha conllevado que la Dirección General de Administración Local de Aragón haya mandado ya dos cartas a los ayuntamientos instando a la disolución de la Mancomunidad mediante un acuerdo de pleno. En la última misiva, la DGA advierte de que si pasados dos meses no recibe una contestación procederá de oficio a la disolución.

Los cinco ayuntamientos coinciden en que la obra se debe recuperar después de la millonaria inversión acometida, pero lo cierto es que ninguno ha propuesto en estos años reactivar la Mancomunidad y volver a llevar la Elevación del Ebro al debate político.

La última vez que se puso sobre la mesa públicamente el proyecto a más alto nivel fue en la última comisión bilateral Aragón-Estado, en noviembre de 2019. La entonces ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet, se comprometió a "realizar la obra sin dilación" a través de la empresa pública Acuaes, aunque no comprometió plazos.

Casi tres años después y con una pandemia por el medio no se ha avanzado en el proyecto y tampoco hay fecha para una nueva comisión bilateral. Fuentes del Gobierno de Aragón aseguran que "no hay novedad" al respecto y que no saben si se llevará a la siguiente bilateral porque no hay fecha prevista de celebración.

El Ayuntamiento de Alcorisa es por el momento el único que votó a favor de la disolución de la Mancomunidad hace un año y ahora, con la segunda carta de la DGA, van a llevar la propuesta a pleno los otros cuatro consistorios. Por el momento es el único paso, ya que tampoco hay ninguna reunión a la vista.

Andorra, la localidad más necesitada de agua, se opuso a esta disolución a finales de septiembre debido a que el equipo de gobierno, PSOE-PAR, tenía minoría en el pleno y perdió la votación. Su primer edil en funciones, Joaquín Bielsa, reconoce que con el cierre de la Térmica se quedan libres 18 hectómetros –aún no están liberados– y el Ayuntamiento tiene el compromiso de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) de poder utilizarlos.

"Por ello –subraya Bielsa–, puede parecer que terminar la elevación es menos necesario, pero hay una inversión ejecutada y se debe finalizar". "La elevación es necesaria para alimentar proyectos empresariales que vendrán y también para nuevas iniciativas agroalimentarias o para el agua de boca", apunta Bielsa, quien remarca que el equipo de gobierno se mostró a favor de disolver la Mancomunidad a instancias de la DGA, porque la entidad ha estado inactiva y considera que se deben buscar nuevas herramientas para impulsar el proyecto.

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