Tarmac levanta el ERTE y agotará el parking del aeropuerto de Teruel en un mes al alcanzar 125 aviones aparcados

La continua llegada de aviones al aeropuerto de Teruel como consecuencia del parón aéreo para su estacionamiento y mantenimiento en las instalaciones de Tarmac Aragón ha permitido a esta empresa levantar el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que aplicó al 25% de la plantilla a finales de marzo. El complejo aeronáutico turolense alcanza las 98 aeronaves de gran tamaño estacionadas –frente a las 77 de hace solo dos meses–, entre ellas nueve A380, el avión de pasajeros más grande que existe actualmente.

Los responsables de Tarmac prevén que el aterrizaje de aviones por la paralización de los vuelos con la epidemia del coronavirus seguirá en el próximo mes hasta completar las 125 plazas disponibles en Teruel. Las aeronaves que llegarán en las próximas semanas procederán, principalmente, de Europa, aunque también del Próximo Oriente. La compañía alemana Lufthansa es uno de los principales clientes y ya ha aparcado en el aeropuerto turolense siete A380.

Tarmac Aerosave, matriz de Tarmac Aragón, emitió este jueves un comunicado en el que adelanta que debido a la continuidad de la demanda de lugares de estacionamiento para aviones colgará pronto el cartel de "completo", a pesar de que en sus tres centros de trabajo –dos en Francia y Teruel– reorganizaron los espacios para ampliar las plazas disponibles en un 25% y pospusieron las actividades de reciclado.

El director general de Tarmac Aragón, Pedro Sáez, explica que en las campas del aeropuerto solo hay capacidad para 125 aeronaves, de las cuales 25 han tenido que estacionarse en una zona de tierra al saturarse la superficie pavimentada. Los aviones fuera de pavimento se apoyan en planchas de hierro con todas las cautelas de seguridad y ambientales.

Pedro Sáez contempla la posibilidad de que, con las nuevas llegadas, Tarmac tenga que contratar a más personal tras haber anulado el ERTE el pasado 4 de mayo y tener la plantilla al completo, con 150 trabajadores.

Jorge Escudero

El último avión en aterrizar fue un A380 de Lufthansa el pasado miércoles. Sáez explica que las tripulaciones que llegan con los aviones son sometidas a las mismas prescripciones sanitarias que el personal local, con limpieza de manos frecuente con gel desinfectante, uso de mascarillas y distanciamiento personal. Tarmac prevé que parte de los aviones que llegarán como consecuencia del parón provocado por el coronavirus terminarán en la planta de desmantelamiento que la empresa explota en el aeropuerto de Teruel.

La incorporación de más trabajadores dependerá de los servicios que contraten las aerolíneas. Según el comunicado remitido por la compañía, en las próximas semanas recibirá un número significativo de aviones de empresas de ‘leasing’, propietarias aproximadamente del 50% de las flotas.

La conservación genera una importante carga de trabajo porque los aviones deben ser sometidos a inspecciones periódicas cada semana, quincena, mes, trimestre y semestre. Las aeronaves son acondicionadas al llegar para garantizar su conservación. Todas las ventanillas, los motores y el tren de aterrizaje quedan protegidos. Pero el mantenimiento implica también trabajos de lubricación, de accionamiento de mandos y pruebas operativas de distintos elementos, como el tren de aterrizaje. Algunas de estas operaciones se realizan en el hangar.

Tarmac confía en el próximo inicio de la fase III de la campa para aumentar su capacidad de estacionamiento. La compañía aguarda también a que se construyan los nuevos equipamientos proyectados en el aeropuerto, como el gran hangar con capacidad para dos A380 y el hangar de pintura, presupuestados en 20 y 4,3 millones de euros, respectivamente. Sáez señala que, en cuanto su explotación salga a concurso, la empresa optará «claramente» a su explotación.

El director general de Tarmac Aragón no se muestra preocupado por los movimientos de otros aeropuertos españoles que han tenido poco tráfico desde su construcción y que planean ahora incorporarse también al sector del estacionamiento y conservación de aviones, como ocurre con Castellón. Pedro Sáez afirma no temer a la competencia porque su compañía "está muy bien implantada y tiene un amplio bagaje internacional que confía mantener".