Alertan de los graves daños en la fauna y en el agua de boca por el vertido de Santolea

Ya se ha "destruido" el rico ecosistema del río Guadalope y podría afectar al suministro de Calanda y Alcañiz.

Javier Villanueva, portavoz de Ríos con Vida, contempla el lodo que baja hacia el Guadalope
Javier Villanueva, portavoz de Ríos con Vida, contempla el lodo que baja hacia el Guadalope
Laura Castel

El desembalse por las obras de recrecimiento del pantano de Santolea está vertiendo toneladas de lodo que bajan de forma incontrolada aguas abajo del río Guadalope. Según denuncia la asociación AEMS-Ríos con Vida, la primera en dar la voz de alarma, esta decisión ha causado un gran "desastre ecológico" que tardará años en repararse debido al vertido que está "arrasando" los cerca de 35 kilómetros del cauce entre Santolea y Calanda.

El caso ya está siendo investigada por la Fiscalía de Teruel tras la denuncia de la citada entidad ecologista, en la que consideran que se ha "destruido totalmente el ecosistema del río". "Tenía un alto valor, con especies autóctonas, que ha sido totalmente reventado. Se han cargado el sustento que alimentaba toda la fauna del río", afirma el calandino Javier Villanueva, un gran conocedor del río Guadalope y portavoz de AEMS-Ríos con Vida.

Se trata de un grave problema que, advierten, podría afectar a las personas al perjudicar al agua de boca. "El mayor miedo que tenemos ahora es que ese lodo que va bajando por el curso del río está entrando en el embalse calandino. Sufrirá una gran colmatación de lodos que también incidirá aguas abajo porque cuando suelten la compuerta de fondo el lodo saldrá hacia Calanda y Alcañiz", apunta.

De hecho, ya está afectando a Aguaviva. La localidad capta agua en el azud de Abenfigo, que se encuentra totalmente colmatado y el barro entra en los canales de las acequias. Uno de ellos es el que surte al municipio, que se encuentra totalmente inservible tanto para el consumo humano como para los animales o el campo ya que podría embozar la maquinaria. En noviembre, esta localidad se vio obligada a cortar el suministro que llegaba desde Santolea y desde entonces emplea lo almacenado en el antiguo pozo subterráneo. "Como el otoño y el verano fueron bastante lluviosos, por suerte el pozo estaba recargado y durante estos meses estamos teniendo el suministro correcto, sin problemas", explica su alcalde, Aitor Clemente. No obstante, ahora preocupa lo que pueda ocurrir próximamente, ya que no se conoce cuál es la capacidad de dicho pozo, por lo que resulta complicado cuantificar el agua de reserva y saber cuánto tiempo puede mantenerse esta situación.

Desde AEMS-Ríos con Vida cuestionan las medidas implantadas por la empresa adjudicataria de las obras (la UTE Vidal Obras y Servicios) la promotora (la empresa pública Acuaes) y la CHE para controlar las afecciones que podría tener el recrecimiento. Tal y como marca la declaración de impacto ambiental, la promotora de las obras propuso diferentes medidas "para reducir las afecciones por la acción de los limos arcillosos" que aparecerían tras el desembalse de Santolea.

Se construyó una ataguía temporal, una balsa de decantación para evitar que el barro se acumulara en los fondos y superficie del río. Sin embargo, la asociación opina que, técnicamente, está mal construida para la cantidad de miles de toneladas que tiene que decantar; y que la balsa debería haber sido de "mayores dimensiones".

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